lunes, 21 de julio de 2025

DÍA 15. MURET - CARACASSONNE (169,3 KM)

Después del tríptico pirenaico, llegaba una etapa de las que antes se llamaban de transición, una etapa que muchos corredores tenían apuntada por su recorrido quebrado y su tramo final en descenso para rodar. De todas formas, no hubo nuevos nombres, sino que fueron las mismas caras de siempre las que desfilaron por delante en la escapada del día. Siguiendo con los continuismos, la etapa fue un nuevo escenario de la dominación de UAE, esta vez a cargo de Tim Wellens. Si bien su exhibición camino de Carcasona no desentona con su trayectoria anterior, podría decirse que se encuentra ante su gran año, al que ha llegado después de un largo camino. Es un fenómeno paralelo al de Simon Yates: corredores que encuentran por fin en el seno de un súper-equipo su mejor temporada. 

Dos etapas en el Giro, dos en la Vuelta y una en el Tour. 


La etapa partía de Muret, donde la batalla que marcó el fin de las ambiciones territoriales de la Casa de Aragón - Barcelona al norte de los Pirineos, confirmando la expansión de los territorios de la corona francesa hacia el sur a costa de los cátaros, y Carcasona, la localidad de la ciudadela reconstruida por Violet-le-Duc. El recorrido presentaba la particularidad de que la última subida, a falta de 50 kilómetros, venía seguida de un falso llano ascendente, de unos 10 kilómetros más, para lanzarse a continuación en un descenso bastante pedaleable hasta prácticamente la línea de meta. El ataque tenía que hacerse en el último repecho. 

La etapa comenzó nerviosa, como viene siendo la tónica habitual en este Tour de medias de velocidad demenciales. Una caída inicial provocó la fragmentación del pelotón, quedando delante Pogačar y por detrás Vingegaard y Lipowitz. La intención de Pogačar parecía ser la de parar al pelotón delantero, uno poco para devolver el favor de Toulouse, pero la verdad es que no le hicieron ni caso. Los Ineos iban como locos por conseguir la fuga, igualmente van der Poel y Mohorič, y lo que es más curioso, también van Aert y Campenaerts. En algún momento se vio a Pogačar gesticular con Jorgenson, como diciéndole por qué no paraban, pasando el norteamericano de él. Por detrás, Simon Yates y Kuss comandaban el grupo de Vingegaard. Su ritmo parecía insuficiente, de modo que finalmente Vingegaard cazó siguiendo la rueda de Iván Romeo. En este espacio se ha dado muy poca cancha a las declaraciones de prensa rosa, pero la verdad es que el mosqueo de la esposa de Vingegaard con el equipo Visma debe continuar. La presencia de Pogačar en ese grupo delantero, siempre a rueda de Jorgenson, parecía querer hacer patente la diversidad de estrategias contrapuestas del equipo Visma. 

Pogačar le dice algo a Jorgenson, mientras van Aert ataca, seguido de van der Poel. 

Posteriormente, marcaje estrecho de Pogačar a Jorgenson, cuando este sale a por Simmons.


Finalmente la fuga se formó, con algunos de los nombres habituales de estos días, como Storer y Simmons, y algunas novedades, como Carlos Rodríguez. En la fuga, de una veintena de corredores, también estaban Wellens y Campenaerts, escaqueándose de los relevos con zorrería, aduciendo compromisos con sus líderes. Al llegar a la zona montañosa, la fuga se seleccionó, con Storer, Simmons, Wellens, Campenaerts, Barguil, Vlasov, Lutsenko y Carlos Rodríguez. Simmons y Storer parecían los que más empeño ponían, sin percibir el ahorro de fuerzas que estaban llevando a cabo los dos experimentados corredores belgas, representantes de los súper-equipos. 

En el último repecho, Wellens lanzó su ataque. Se notaba que había estudiado bien la etapa: lanzó su ataque en el último tramo de una carretera parcheada y estrecha, aprovechando que Campenaerts se encontraba en las últimas posiciones, impidiendo que cogiera rueda; luego salió a una carretera más ancha y con mejor asfalto, en la que siguió forzando cuesta arriba. Barguil intentó salir a su rueda, sin éxito; también lo hizo Simmons, pero tuvo que ceder. Más tarde, el norteamericano declaró ante los medios que Wellens se había aprovechado del rebufo de la cámara de televisión: no cargó directamente contra él, sino más bien contra las motos, que marchan demasiado cerca. La verdad es que Wellens se lanzó en ese final de 40 kilómetros como un caballo desbocado, abriendo una ventaja considerable en muy poco espacio. Por detrás, la presencia de Campenaerts era claramente un estorbo para la persecución. Ambos corredores, de equipos rivales, son de la misma quinta y han compartido equipo en el pasado: es difícil pensar en una componenda, pero la verdad es que la actitud de Campenaerts fue francamente extraña. Quizá simplemente no estuvo muy lúcido, o tenía información de esperar la llegada de van Aert por detrás. Tenía fuerzas, pues posteriormente lanzó su ataque, aunque ya demasiado tardío, simplemente para hacer segundo como objetivo. 

Quizá a este momento puntual se refiere Simmons, pero las cámaras tampoco estaban más cerca que otros días.

Campenaerts a cola durante la persecución. ¿Esperando a van Aert o planeando su ataque?

Festival de rodar de Wellens. En falsos llanos ascendentes y bajadas. 

Carlos Rodríguez bien, pero se pasó la mayor parte de la etapa cerrando huecos tras dejar distancia a sus rivales. 

En el pelotón, EF y Uno-X comendaban la persecución, para evitar que Carlos Rodríguez ganase demasiado tiempo. La verdad es que el andaluz nunca estuvo con opciones de ganar: su gran hándicap es su falta de cambio de ritmo, tanto que en muchas ocasiones tardaba demasiado tiempo en cerrar los cortes después de algún ataque. Finalmente su grupo fue alcanzado por parte de la fuga que todavía rodaba en una situación intermedia, un grupo con van Aert, Romeo, Alaphilippe, Nys, Madouas y algún que otro corredor más. 

Celebración por todo lo alto de Alaphilippe, ante la curiosa mirada de van Aert.


Wellens conseguía su victoria de etapa en el Tour, su quinta etapa en gran vuelta en el cómputo general; Campenaerts entraba segundo y en el sprint por la tercera posición, Alaphilippe se impuso a van Aert y celebró el triunfo, pensando que no iba nadie por delante. Wellens, un corredor que rinde más con la lluvia y el mal tiempo, habiendo sido históricamente su momento predilecto del año el arranque de la temporada, brilló por fin en los calores de julio, la gran batalla que parecen haber ganado los preparadores de UAE en estos últimos años. En resumen, una nueva etapa rapidísima y una prolongación del dominio de UAE en otros escenarios. Con la general prácticamente decidida, parecen querer liberar a los gregarios de sus labores e invitarlos a que ganen etapas. Un fenómeno no tan lejano, si uno recuerda el Visma de 2022. 

 

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