sábado, 28 de agosto de 2021

SIN NOVEDAD EN LA VUELTA

Sin novedad en la Vuelta - STOP- La carrera ha llegado a su ecuador, comandada por el sorprendente Odd Christian Eiking - STOP - Primoz Roglič controla al noruego a un minuto y medio de distancia - STOP -  Estalló la burbuja del landismo una vez más - STOP - Secarrales y campos agostados - STOP - Subidas de cemento rayado. - STOP - La evolución es lenta y no hay movimientos a la vista - STOP y FIN. 

La crónica de la Vuelta cabe en un telegrama. No voy a caer en la tentación agorera de comparar la Vuelta con aquel arcaico medio de comunicación: la Vuelta no está en peligro de extinción. Pero lo cierto es que el espectáculo, cacareado a bombo y platillo, no se ha visto por ningún lado. Ha sido precisamente justo lo contrario. Fugas condenadas al fracaso en las que solo se meten el caja rural, el burgos y el eukaltel de turno, sin mucho entusiasmo en ningún caso. Etapas de montaña resueltas en un sprint de último kilómetro. Un adelanto de fechas (¡14 de agosto!) para evitar cunetas vacías por la vuelta al tajo, pero que ha acabado achicharrando a los ciclistas...

¡Victoooooria a la vistaaaa!

 

La Vuelta empezó en Burgos con una crono breve que tuvo como vencedor y primer líder a Primoz Roglicč. Ya que la cosa parece ir de catedrales, el esloveno ponía en esa minicrono la primera piedra de su posible tercer triunfo en la Vuelta. Pero no se iba a marcar un Rominger de principio a fin: en Picón Blanco, llegada importada desde la Vuelta a Burgos, Rein Taaramäe obtenía el triunfo y el liderato. La primera llegada en alto se resolvió con una fuga, en la que también se coló Kenny Elissonde. Nada inquietante para los grandes favoritos, por supuesto. El corredor estonio volvió al primer nivel después de años de anonimato en Total, como si surgiera de las profundidades de un lago helado de su vecina Finlandia. Poco le duró la alegría. En la infernal etapa llana de Albacete, Guillén había esperado viento como Don Quijote esperó en su día gigantes donde había molinos: fantasías en todo caso. Lo único que se produjo fue una montonera, que se llevó por delante a Taaramäe, al que nadie esperó, a pesar de que hubo parón de mutuo acuerdo entre los grandes. Elissonde se hizo así con el liderato, también por breve tiempo.

Se espera a todos, menos al líder (foto PhotoGomezSport)

Las etapas al sprint estaban teniendo un reparto entre Philipsen y Jakobsen, a la manera de aquellos sprinters belgas y neerlandeses, Peelman, Hermans o Djonckheere, que solo se hinchaban a ganar en España. En la etapa de Cullera se vivieron momentos interesantes en los caminos estrechos por los arrozales, a la manera de un minitour de Flandes. Los Deceuninck se pusieron juguetones y algún que otro las pasó canutas, entre ellos Hugh Carthy, que pasó en los arrozales valencianos su particular Vietnam. Pero no todo fueron desdichas para el Education First, ya que Magnus Cort Nielsen se llevaría la primera de sus (de momento) dos etapas, manteniendo el pulso al pelotón. Roglič midió mal o decidió no hacer sangre, lo cierto es que el triunfo fue para el danés. El hundimiento de Elissonde permitió a Roglič recuperar el liderato. 

 

Magnus Cort Nielsen evita un Mäder

La primera etapa de montaña discurrió por el sube y baja del interior alicantino, con una subida nueva (una más, cómo no) que nada decidió. La victoria fue para Michael Storer, una de las revelaciones de esta Vuelta, que se deshizo con facilidad de Verona. Esperemos que el escalador australiano de rostro aniñado sea un corredor con algo más de recorrido que algunos bandoleros que se han dejado caer por tierras españolas, llevándose etapas a pares (como aquel polaco del Lotto...). 

Abandono de Valverde. Un poco más difícil que los españoles ganen etapa.

 

Después de una etapa más al sprint en la Manga del Mar Menor, marcada más por la descarada censura a las pintadas de SOS Mar Menor que por el propio resultado, se llegó a la etapa posterior al día de descanso, con sus habituales víctimas. El principal damnificado fue Mikel Landa, que ya en el puerto de Venta Luisa se despedía de sus hipotéticas opciones de triunfo. Pero en esas rocambolescas coincidencias del ciclismo (que nunca lo son tanto), su compañero Caruso se marcó una fuga de 70 kilómetros en solitario, para obtener así un triunfo que hace buena pareja con su etapa del Giro de este año. La entrada de Haig y Mäder en los grupos delanteros amplificó el estruendo del estallido de la burbuja del landismo, que debió oírse en kilómetros a la redonda. Por detrás de Caruso, Enric Mas fue el único capaz de aguantar el ritmo de Roglič en Velefique. 

Reconvertido en ganador.

Hasta el momento la Vuelta estaba siendo bastante monótona, con algo de intensidad solamente en los finales de Cullera y Velefique. En Rincón de la Victoria se vivió la que de momento ha sido la mejor etapa de esta Vuelta. La apatía del equipo del líder y de los principales favoritos permitió la formación de una fuga peligrosa, del mismo estilo de las que UAE dejaba en el Tour, pero sin llevar Roglič un colchón de cinco minutos pogačarianos. En la fuga se coló gente que estaba a nueve y diez minutos, como Odd Christian Eiking y Guillaume Martin, que por supuesto alcanzaron la primera y la segunda posición de la general al finalizar el día. El final de la etapa era nervioso: coronar el alto de Almáchar, bajar y meta, de forma que Primoz Roglič intentó reducir diferencias con los escapados y aumentar distancias con sus directos rivales con un ataque en Almáchar. Parecía el momento de sentenciar la Vuelta, a pesar de los dos "intrusos" de la fuga, pero en el complicado descenso acabó besando el suelo, esta vez sin consecuencias. Le dieron alcance Mas y López, para los que por una vez la prudencia fue una buena aliada. 

Se cae, pero se levanta rápido.

 

En el paso andaluz, el gran protagonista ha sido Magnus Cort Nielsen, con una fuga frustrada en las rampas de Valdepeñás de Jaén y un triunfo al sprint en Córdoba, tras el habitual paso por las colinas de Medina Azahara. Y así llegamos a la etapa de hoy, un bodrio espantoso, no por el recorrido, sino por la pasividad de los corredores. La etapa recorría una zona de la España olvidada (no solo vaciada), también por la Vuelta, con el monasterio de Guadalupe como epicentro. La etapa ha sido para la fuga, con victoria merecida para Bardet, mientras los favoritos han ido al trantrán, esperando el acelerón de los últimos metros de Roglič. La mejor noticia: Odd Christian Eiking sigue primero y Guillaume Martin segundo. Ojalá un nuevo Giovanetti: no habría mejor conclusión para una Vuelta así. 

Mad Max Fury Road

 

--------------------------------

En otro orden de cosas, en el Avenir se vivió una lucha muy interesante en la última jornada entre Tobias Johannessen y Carlos Rodríguez. En la subida al Petit Saint-Bernard se vivió un bonito duelo, en el que Rodríguez estuvo a punto de obtener la ventaja de 2:18 que le hubiese dado el liderato. El pedaleo de Rodríguez, entre grácil y mecánico, parecía en algunos momentos el de una marioneta. Tobias Johannessen, que se escudó en un inicio en el trabajo de su gemelo Anders, hizo una defensa espectacular en el último kilómetro, que le permitió conservar el liderato por la mínima. Habrá que esperar a ver si Johannessen confirma en profesionales, como está sucediendo con la mayor parte de los últimos ganadores.  

Triunfo agónico de Uno-X (development) sobre Ineos (aunque sea por selecciones)


Otro detalle a destacar ha sido el reencuentro con el triunfo de Remco Evenepoel. Hoy se ha llevado la Brussel Cycling Classic, la antigua París - Bruselas, con un insólito paso por el Muur Kapelmuur, en el enésimo cambio de recorrido propiciado por Flanders Classic, a modo de mazo de cartas barajado al azar. Evenepoel marchaba en el grupo decisivo con Gilbert, Van der Sande, Aimée De Gendt, Campenaerts, McNulty y Hirschi, y supo aprovechar bien el desconcierto provocado en un cruce por una de las motos de carrera. En una de esas chapuzas habituales en las carreras belgas, una de las motos despistó a todos excepto a Aimée De Gendt y Evenepoel, que al marchar detrás optaron por la ruta correcta, no sin algún titubeo. En un repecho ya a las afueras de Bruselas, Evenepoel se deshizo de Aimée De Gendt y se marchó en pos del triunfo en solitario. Pese a su arrogancia y los delirios de algunos de sus fans ("ha hecho más que Merckx a su edad", decía un periodista), Evenepoel se está labrando un interesante palmarés en pruebas menores, en las que al menos sí que es un canibalito, una especie de pequeño roedor con hambre voraz.  

Se decidió en un cruce