domingo, 20 de julio de 2025

DÍA 14. PAU - SUPERBAGNÈRES (182,6 KM)

La tercera etapa pirenaica ha sido para la fuga. Con la general bastante decidida, era normal que sucediese algo así. De todos modos, ha sido una fuga trabajada y muy seleccionada, de la que solo ha sobrevivido al final Thymen Arensman, un corredor de mucha presencia, pero de pocas victorias. Su triunfo estuvo rodeado de cierta incertidumbre hasta los últimos kilómetros, sobre todo por el ritmo constante de UAE y también por el ataque final de Vingegaard. Pudo dar la sensación de que Pogačar no fue a fondo a por la victoria. ¿Quiso congraciarse con el pelotón, cediendo un triunfo, o realmente no se encontró en el final todo lo bien que esperaba? Me decanto por esta segunda interpretación, puesto que en la meta se le veía más o menos contento, y cuando a Pogačar se le ve más malhumorado es cuando tiene que ceder contra su propia naturaleza. 

Su segunda victoria de etapa en una grande. El parche de Totalenergies bien visible.


Amaneció con lluvia en Pau, la capital del Béarn. En el programa había cuatro ascensiones, Tourmalet, Aspin, Peyresourde y Superbagnères, un menú muy clásico que calcaba casi con exactitud una etapa de 1986. Superbagnères, la montaña de Bagnères-de-Luchon, había estado ausente en los recorridos del Tour desde 1989. En esta ascensión había ganado gente destacada, como Imerio Massignan (1961), Bahamontes, en cronoescalada (1962), Fuente, en una etapa muy corta (1971), Hinault, también en cronoescalada (1979), LeMond (1986) y Robert Millar (1989). La larga ausencia de esta ascensión estaba motivada por un problema logístico: los puentes que cruzaban el riachuelo de Bagnères-de-Luchon y daban acceso al inicio de la subida eran demasiado antiguos y no soportaban el peso de los camiones de la caravana del Tour. Una reforma de 2023 ha hecho de nuevo posible el acceso.  

Durante todo el tramo llano inicial hubo de nuevo un constante tira y afloja para formar la fuga. De nuevo los Visma se empeñaron en impedir que se formaran cortes, continuando con su táctica de propiciar en todo momento una carrera rápida. En este tramo llano se produjo la caída de Skjelmose, que motivó su retirada. Se tuvo que esperar al inicio del Tourmalet para que se formara la fuga. Esta fue bastante numerosa, con Lenny Martinez, Einer Rubio, Arensman, Carlos Rodríguez, Valentin Paret-Peintre, Vlasov, O'Connor, Tobias Johannessen, Jegat, Kuss, Simon Yates, Verstrynge, Storer, Woods y alguno más. Llegó a haber un momento efímero en el que cinco corredores de Movistar rodaban delante, incluso con Enric Mas. Por detrás, sin ser el ritmo de caza demasiado exagerado, Evenepoel se descolgaba. Parecía ir completamente vacío e indicaba a las cámaras de tv, con su carácter habitual, que dejaran de grabar. Terminaría retirándose, demostrando que tiene una cuenta pendiente con todos estos puertos pirenaicos, los clásicos, ya sea Aubisque, Tourmalet o Soulor, que se le atragantan. También con las grandes vueltas en general. 

El carácter cambiante de Evenepoel resulta incluso simpático: mandando a la mierda a las motos, regalando bidones a los niños.


Martinez se lanzó a por sus puntitos, mientras que en el grupo era Nils Politt el que marcaba el ritmo, impidiendo que la fuga tomara demasiada diferencia. Su rendimiento en montaña recordaba al de otros corredores de su tamaño que en el pasado, por circunstancias similares, tuvieron que asumir esas tareas: Hincapie, Voigt...La presencia de Campenaerts en las subidas también era bastante curiosa. Después de un descenso complicado del Tourmalet, con poca visibilidad y curvas mal trazadas, Martinez siguió en cabeza y consiguió también los puntos del Aspin. En el Peyresourde fue alcanzado por un grupito, formado por Arensman, Tobias Johannessen, Carlos Rodríguez, Rubio y Valentin Paret-Peintre, del que finalmente se destacó Arensman.

Si está señalando lo que está señalando, no ha demostrado ser demasiado inteligente. 


La forma de ascender del alto corredor neerlandés era la de sus mejores días, como en el pasado Tour de los Alpes. Afrontaba la última subida con una ventaja de unos tres minutos aproximadamente: le podía valer, si Pogačar se mantenía quietecito. En Superbagnères los UAE siguieron comandando el pelotón, con Soler primero, y más tarde con Narvaéz y Adam Yates. Cuando estos dos últimos tomaron la cabeza del grupo, el ritmo se ralentizó, dando vidilla a Arensman. Tanto se ralentizó que Gall intentó fortuna, con un ataque a falta de 7 kilómetros. Más tarde, también lo probó Vingegaard, a falta de 4 kilómetros. Pogačar se limitó a seguir su rueda y a sprintarle en el final. 

La parejita... 

...con la resolución habitual. Fotos de Sprint Cycling.


El ataque de Vingegaard es una muestra de que se ha recuperado del mazazo inicial del Hautacam y de que todavía tiene ganas de plantear batalla. Quedan los Alpes, quizá Pogačar pueda tener algún momento de debilidad, aunque improbable, y Vingegaard tendrá que estar ahí para poder aprovecharlo. En cuanto al tercer escalón, la retirada de Evenepoel ha dejado ese puesto vacante, siendo Lipowitz el que tiene más posibilidades de mantener esa plaza, puesto que su principal amenaza, Primož Roglič, no obrará en su contra. La general sigue más o menos igual: ha habido cambios por la retirada de Evenepoel y por otro descalabro de Jorgenson, que ha propiciado que Carlos Rodríguez entre en el top ten. 

Arensman y Pogačar, viejos conocidos. Compartiendo pódium con Gino Mäder, siempre en el recuerdo. 


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