La segunda etapa de este Tour también ha tenido un final nervioso, resuelto con una nueva victoria para el equipo Alpecin - Deceuninck. Mathieu van der Poel ha conseguido su segundo triunfo de etapa en el Tour, tras aquel del Mûr-de-Bretagne de 2021, cuando aun vivía su abuelo. Como en aquella ocasión, también ahora ha conseguido el amarillo, que de esta manera se queda en casa del equipo de los crecepelos.
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Mathieu van der Poel por delante de los dos corredores que le birlaron la primera etapa del Dauphiné. Foto: Stefan Rachow. |
La salida desde Lauwin-Planque, en las proximidades de Douai, estuvo marcada por cierto retraso provocado por la lluvia y los atascos. Durante toda la parte inicial de la etapa arreció la lluvia sobre los fugados y el pelotón. Uno de los atractivos iniciales del día fue el paso por la Grand'Place de Arrás, muy flamenca, una de las plazas más monumentales de todo el norte de Francia, quizá solo igualada por la de Charleville-Mezières. La etapa finalizaba en Boulogne-sur-mer, localidad marítima utilizada desde época romana para atravesar el Canal. Una localidad que mantiene su parte antigua junto a una serie de edificios racionalistas, que recuerdan un tanto a los de Le Havre.
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Reconstrucción de Gesoriacum (Boulogne-sur-mer) |
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Boulogne-sur-mer en Muriel ou le temps d'un retour (Alain Resnais, 1962) |
En el sprint intermedio se vivió un momento de tensión entre Jonathan Milan y Biniam Girmay. Milan intentó desplazar con marrullería a Girmay, pero este no se arrugó, recibiendo luego una dura reprimenda, excesiva y acalorada, por parte de Milan, un habitual en este tipo de cruce de cables. Aun así, Girmay tuvo arrestos y no se amilanó. Una vez acabada la etapa y con algo más de sosiego, Milan se disculpó con Girmay: había que revertir la mala prensa. Como elemento común, ambos quedaron cortados en el tramo final de la etapa, Girmay con cierto dolor en la rodilla, al golpearse con el manillar.
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Mal rollo en el sprint, mientras que Merlier y Philipsen, sorprendentemente no involucrados, miran para otro lado. |
Toda la parte final recordó a una clásica, con un encadenado de cotas en el que estuvieron muy atentos los equipos principales, Visma y UAE, pero también esta vez el Soudal de Evenepoel y el Red Bull de Lipowitz y Roglič. En algún momento llegó a hacerse una selección, con Vingegaard, Pogačar, Jorgenson, van der Poel y Grégorie. Por lo que respecta al duelo de todos los años, Vingegaard ha demostrado ser el que más interés pone y el primero que enciende la mecha, mientras que Pogačar se mantiene más a la expectativa, en una versión suya que sorprende por su cautela.
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Remco, con aire de meme, más atento hoy. |
A falta de dos kilómetros lo intentó Lipowitz, movimiento que fue abortado por Almeida. Ya en el último kilómetro, en ligero ascenso, Alaphilippe intentó una escaramuza, con culebreo incluido, a la que respondió van der Poel, quedando en una incómoda primera posición. De todas maneras, pudo apañárselas para manejar una situación tan compleja y ganar, con una bicicleta de diferencia, sobre Pogačar y Vingegaard. Esta vez, Evenepoel y Roglič entraron delante, no así Tobias Johannessen y Ben O'Connor, que lo hicieron a 0:31, junto a Carlos Rodríguez. De hecho, solo seis corredores han entrado delante en las dos primeras etapas: Mathieu van der Poel, Pogačar, Vingegaard, Jorgenson, Vauquelin y, sorprendentemente, Enric Mas.
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Con más de una bici de diferencia. |
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Hacía tiempo que no se revolcaba por los suelos. |
En esta meta de Boulogne-sur-mer ganó en 2012 Peter Sagan, en su versión más joven y descarada, cuando parecía un adolescente algo quinqui, rapado por las autoridades al ingresar en algún sanatorio mental, orfanato o reformatorio, quizá para ser sometido a una terapia de electroshocks o una lobotomía. ¡Un periodo mágico de Sagan! Su victoria, con mayor superioridad que la actual de van der Poel, vino acompañada de uno de sus bailecitos. A diferencia de hoy, en aquel entonces los hombres de la general se mantenían al margen. No hace tanto tiempo, en realidad. Era sin duda un ciclismo más aburrido, solo salpicado de vez en cuando por destellos de genialidad, como los de Sagan.
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El mismo final en 2012. Peter Sagan, en sus años deslumbrantes, choteándose se sus rivales (Boasson Hagen, Cancellara) |
Lo mejor de estas dos etapas, y de la bonita lucha que se ha visto, es que las selecciones que han provocado han evitado situaciones muy peligrosas en los sprints finales. Como comentábamos por X, tanto equipo con intereses en los sprints era muy peligroso. A ver hoy se salva bien la etapa, que en esta parece claro que llegará todo el pelotón al final.
ResponderEliminarPor lo demás, un gusto ver este antiguo ciclismo de verdad, donde todo el mundo intenta cosas, y no se compartimentan las etapas (sprints, media montaña con fugas, las de la general)... supongo que es lo más parecido a lo que sucedía décadas atrás. Y mención especial para lo que está proponiendo Visma, porque entender que ir al uno contra uno contra Pogacar en teoría es un suicidio tal vez no es complicado, pero proponer cosas siempre que puedan es muy difícil, y de momento lo están consiguiendo.
Gracias por las crónicas, ánimo para conseguir esas 21!
Saludos
En realidad yo creo que el empeño de Visma iba en esa línea, reducir el grupo para evitar problemas, táctica que les ha dado buenos resultados, puesto que no ha habido caídas masivas, y eso que se mascaba el peligro.
EliminarLa etapa de hoy va a deparar una crónica más sucinta, eso seguro. Gracias por los ánimos, es una especie de reto que he asumido, a ver qué sale.
Un saludo y gracias por los comentarios.
Por apuntar un detalle que no he visto por ningún lado, en este ciclismo de los marginals gains, Van der Poel ganó el sprint en cuesta con las dos botellas en la bici (ignoro si llenas o vacías).
ResponderEliminarDel peluco que vale más que mi piso no digo nada, porque Pogacar lleva otro igual...
Mucho ánimo con la empresa de las 21 crónicas, que ya ves que no te lo van a po et nada fácil
La verdad es que no, porque a ver qué cuento mañana sobre lo de hoy. Se resume en dos líneas.
EliminarSobre el peluco de van der Poel y Pogačar, será muy caro, pero a mí me recuerda a aquellos relojes de ”flip y flop, el reloj suizo para niños" ( como decían en la publicidad).
Un saludo.