domingo, 5 de noviembre de 2023

LA RETIRADA DE PETER SAGAN

Aprovechando el anonimato del Tour de la Vendée, Peter Sagan dijo adiós al ciclismo profesional el pasado 1 de octubre. Hoy se ha vestido por última vez con el maillot del Totalenergies en una pachanga en Japón. Afirma que seguirá en el mountain bike, por aquello de los compromisos publicitarios, pero no se le volverá a ver en la ruta. Llevaba tiempo alejado de sus mejores momentos, de modo que su retirada ha pasado bastante desapercibida, sobre todo en comparación con la de otros corredores. Sin ir más lejos, la retirada de Pinot ha suscitando muestras de locura y fanatismo más propias de los barras bravas que del ciclismo. Tampoco han tenido lugar homenajes multitudinarios como los de la retirada de Tom Boonen, héroe caído y rehabilitado. En ese sentido, no ha sido necesario montar una discomóvil en su honor (aunque seguramente se habría apuntado). El hecho de pertenecer a un país alejado de la tradición ciclista le ha ahorrado esos baños de multitudes, aunque también podría afirmarse que su retirada ha sido de las silenciosas, como la de Dumoulin y la de Kittel, otros corredores de su generación que se retiraron en sordina. Afortunadamente tampoco ha gozado de un renacimiento final, en cumplimiento de ese ranciofact propio del ciclismo que obliga a retirarse con una victoria. De hecho, casi podría decirse que el nuevo ciclismo lo ha retirado. Desde el confinamiento, Sagan dejó de ser el mismo, al menos deportivamente hablando.