jueves, 25 de agosto de 2022

EVENEPOEL ASOMA LA PATITA

Después del absurdo e innecesario prólogo neerlandés, la Vuelta tuvo su inicio auténtico hace dos días, en tierras alavesas. Los tres días de excursión al extranjero habían servido para dejar la clasificación general en manos del Jumbo, pasándose entre ellos el maillot de líder como si se tratase de un balón en un rondito de calentamiento. De Gesink a Teunissen, de Teunissen a Affini y...finalmente al líder de verdad, Primož Roglič. 

Roglič y la Vuelta, una historia de amor en cuatro episodios.

Roglič despejó todas las dudas acerca de su estado de forma en el final de Laguardia, muy adaptado a sus características. Desde su equipo habían estado deshojando la margarita, ora sí, ora no, a propósito de su participación. Pero solo hay que ver la sonrisa de Roglič en las metas de la Vuelta a España para darse cuenta de lo bien que le sienta a la salud y al estado de ánimo su participación, lejos del guirigay anual de julio. A Enric Mas también. Tras coronar el puerto de la Herrera, los paisajes segados de agosto viraron en tonos verdes de viñedos, y en la ascensión hacia la localidad de la bodega de Gehry hubo codazos y empujones por tomar bien la delantera. Mads Pedersen en concreto fue buscando su propio hueco, pero nada pudo hacer ante la aceleración de Roglič, que pilló unos metros irrecuperables. En meta recibía las felicitaciones de todo el mundo, como si estuviera en su propia casa. 

"Yaaaa, superhappy!"

Al día siguiente, en Jumbo decidieron ceder el maillot a fin de evitar el desgaste del equipo. Estaban esperando un nuevo Odd Christian Eiking que asumiese el papel de hombre de paja. En la fuga delantera, Rudy Molard y Fred Wright parecían los elegidos para asumir ese rol. Pero el auténtico protagonista del día iba a ser Marc Soler, con uno de sus días de "caballo loco" que se marca de tanto en tanto, atacando a contrapié y derrochando fuerzas. En la segunda ascensión al alto del Vivero, Soler dio continuidad a un ataque de Roger Adrià, adquiriendo unos segundos de ventaja que pudo mantener en el largo descenso hasta Bilbao gracias a sus capacidades de rodador y a las desavenencias entre los perseguidores. Molard había perdido a su compañero Jake Stewart, aquejado de calambres, de modo que no le interesaba llegar a un sprint que favorecía las opciones de Fred Wright de ganar segundos de bonificación. La llegada por detrás de Impey y Arndt dificultó todavía más el entendimiento. De esta forma, Soler tuvo tiempo de celebrar, aun a pesar del empuje final de Gregor Mühlberger, previo al parón en el grupo trasero.  

Recuerdos del ayer (en el portabidones).


 
Pero a fin de cuentas estas jornadas previas han sido "etapitas" sin excesiva historia. Hoy se ha visto una bella jornada de ciclismo, aunque sin exageraciones ("la mejor de las grandes vueltas de esta temporada", han llegado a decir en rtve, olvidando rápido la etapa histórica del Granon). Ha sido un día duro de lluvia constante, lo que ha hecho tomar los descensos con prudencia. El puerto final se alejaba de los parámetros cuestacabristas, ya que permitía pedalear marcando un ritmo sostenido fuerte. Los corredores han llegado a meta como sombras en la niebla, al modo de Jalabert emergiendo de la nada en los Lagos de Covadonga. Y ha sido una jornada marcada por el empeño de Quick Step por tomar el control de la carrera. Por delante marchaba una fuga, en la que ha tomado la delantera un redivivo Mark Padun en la Collada de Brenes. El descenso era complejo y por detrás Bahrain y Quick Step marcaban el ritmo. En el llano hasta el inicio de la subida al Pico Jano ha sido Julian Alaphilippe el que ha comandado al pelotón, exprimiéndose con sinceridad para su claro líder Evenepoel. Nunca se le había visto tirar de un pelotón, al menos tanto tiempo, aunque tampoco ha logrado reducir la ventaja de Padun en exceso. Una vez se ha retirado de cabeza, Fausto Masnada ha asumido el ritmo en el grupo de favoritos. El italiano venía de la fuga, de modo que no ha podido imprimir un ritmo demasiado alto, hecho que ha favorecido que Jay Vine se marchase en ese momento. Le han visto en meta. 
 
Lo de "le han visto en meta" es un decir, claro está.

 
 
La ascensión del australiano del campeonto de Zwift (lo han repetido hasta la saciedad, lo repiten siempre) ha sido memorable, dada la lucha que ha habido por detrás. Pues para culminar el trabajo de su equipo, Remco Evenepoel ha decidido poner en cabeza un ritmo machacón de los suyos, de esos que trituran a sus rivales. En poco tiempo se ha quedado tan solo con Enric Mas,  Primož Roglič, Pavel Sivakov y Jai Hindley a rueda. En el momento en el que Roglič ha mostrado debilidad, Evenepoel se ha quedado por delante, tan solo con Enric Mas como sombra. Enric Mas se ha tenido que conformar con seguir la rueda de la menuda estrella belga. Evenepoel no ha exigido relevos; se ha cargado a la espalda  al balear como si fuera un saco de patatas (al modo de Merckx con Verbeeck en la Ronde de 1975) y le ha demarrado solo al final, cuando ya Vine había entrado en meta. Por detrás, Juan Ayuso ha intentado dar caza al dueto de Evenepoel y Mas. El de Xàbia había mostrado algo de debilidad en el día de Laguardia, como también lo había hecho Soler, pero en las rampas del Pico Jano se le ha visto pedalear con fuerza, erguido, hundiendo la cabeza entre los hombros, aferrando con fuerza su estrecho manillar. Al final se le ha visto un tanto agotado, dejándose cuarenta segundos con Evenepoel y Mas. El grupo de Roglič y el resto de favoritos (excepto Carapaz) ha entrado a 1:37 de Vine. Debido al hundimiento de Rudy Molard, líder efímero, Evenepoel ya encabeza la clasificación, con 28 segundos sobre Mas, 1:01 con Roglič y 1:12 con Ayuso
 
 
Evenepoel proyecta una sombra alargada (del movistar).

 
La Vuelta acaba de comenzar y quizá sea prematuro establecer ya conclusiones. Pero sin duda el miniexpreso de Aalst ha puesto ya tierra de por medio y en lo que queda de recorrido no va a tener días en exceso complicados, más allá de alguna etapa andaluza o la de la sierra de Madrid. Veremos si es capaz de aguantar tres semanas, pero parece que en esa cabeza de joven buscapleitos está comenzando a germinar la semilla de un gran campeón. Se le ve más fino que nunca y, lo que es más importante, por encima de la opinión. Da gusto verle correr así, sabiendo que tiene que asumir el liderato y cumpliendo, sin que nadie le regale nada por ser quién es. Enfrente va a tener a Roglič, que si se le puede calificar de algo es de resiliente, como se estila decir ahora. Hoy su equipo ha desaparecido. A Kuss no se le ha visto por ningún lado, como está ocurriendo con la mayor parte de los que acabaron un Tour tan masacrante como el pasado. En definitiva, el esloveno no ha perdido tanto tiempo como para dar su brazo a torcer en la sexta etapa, ni mucho menos. Y por último, para los creadores de relatos relacionados con las banderas, es esperanzador el rendimiento de Mas, Ayuso y Rodríguez. En esta página no suelo hacerme eco de los fervores nacionales ni de todas esas majaderías, pero es digno de celebrar el relevo generacional con dos corredores tan opuestos, casi antitéticos, como Ayuso y Rodríguez. Por un lado, el estilo agresivo y ambicioso de Ayuso, pogačariano a su manera; por otro, la economía gestual, casi zen, de Rodríguez.
 
El día de Laguardia penando, hoy atacando.

 
Así pues, después de tres días infernales de prólogo, al modo de un criterium de Roosendaal tres días repetido, por fin la carrera parece que ha despertado. 


A partir de ahora le tocará sufrir.