domingo, 7 de julio de 2024

FLUCTUACIONES DE INTENSIDAD

El Tour llega a su primer día de descanso con una alternancia entre días intensos y días de excesiva relajación, por no decir ausencia completa de competitividad. El Tour suele regalar días soporíferos, que invitan al espectador a dedicarse a otras cosas. Es algo habitual, a nadie debe pillar por sorpresa. Así fueron las etapas de Dijon y Colombey-les-Deux-Eglises, ganadas por Dylan Groenewegen y Biniam Girmay respectivamente. En la primera no hubo ni siquiera escapada, mientras que en la segunda se permitió rodar por delante durante gran parte de la etapa a Jonas Abrahamsen, que hizo un gran botín para la montaña sin ningún tipo de oposición. De hecho, inicialmente estaba acompañado por dos corredores del EF, que prefirieron inexplicablemente dejarse coger.  El día estuvo además marcado por una trágica noticia, la del deceso de André Drege, joven ciclista noruego del Coop-Repsol, en la Vuelta a Austria, en el descenso del Großglockner. Su muerte no ha estado acompañada de ningún tipo de reflexión, acostumbrándonos nuevamente a los desenlaces más trágicos, al igual que en otras épocas se miraba con temor al cielo y se hablaba de la aceptación resignada del destino. 



Entre medias de ambas etapas, y un día antes de la tragedia, tuvo lugar la contrarreloj, entre Nuits-Saint-Georges y Gevrey-Chambertin, dos localidades de la Borgoña, especializadas en los vinos. De hecho, la crono, corta e intensa, discurrió entre colinas de viñedos en pleno verdor, un tapiz idóneo para una exhibición de talento rodador de Remco Evenepoel. Consultando una página al azar sobre los vinos de Nuits-Saint-Georges, se puede leer: en nariz, los aromas juveniles evocan cereza, fresa y grosella negra. Cuando están maduros, desarrollan notas de cuero, trufa, pieles y caza. En ocasiones notas de fruta macerada completan el bouquet. En boca, los vinos de Nuits-Saint-Georges tienen cuerpo y masticación. Tienen una estructura equilibrada y robusta. Su intenso color púrpura crepuscular tiende a veces al malva.  En resumen, bodegas con nombre y cincuenta eurazos como mínimo por botella. En realidad no sé cuánto valen los buenos vinos. El mundo de la enología es algo que desconozco y que me suscita un interés cercano a cero, pero siempre me hace gracia leer las descripciones tan pormenorizadas y literarias de los vinos, en los que siempre quiero creer que el sumiller añade alguna cosa de su propia invención. 

Su nuevo amigo

En fin, volviendo al ciclismo, en la crono no hubo grandes sorpresas. Los cuatro primeros fueron los cuatro esperados, llegando en menos de un minuto. No hubo ni un Combloux ni una La Planche de les Belles Filles, quizá por no haber suficiente dureza ni desgaste previo. Roglič se defendió francamente bien, perdiendo 34 segundos con Evenepoel, y quedando ligeramente por delante de Vingegaard, que perdió 37. Pogačar hizo una crono excelente, en su línea, pero no le sirvió para mejorar el tiempo de Evenepoel, perdiendo 12 segundos con el belga, que rodó a 52 km/h. Hubo bonitas tomas aéreas y bellas fotos de los ciclistas desde los viñedos, que parece ser que era lo que importaba. 


letal en su medio

La etapa de hoy, en los alrededores de Troyes, ha sido un experimento de ASO con los chemins blancs, también entre viñedos, en este caso de Champagne. Se ha exportado lo que ya se introdujo en la París - Tours, aunque con menos pedruscos, y el resultado se puede considerar positivo, ya que ha dado lugar a una etapa muy disputada, con intensidad desde un inicio, al modo de una pequeña clásica inserta en el programa del Tour. Aunque al final no ha habido diferencias entre los favoritos, sí ha habido ataques y la resolución de la fuga ha sido interesante, propiciando momentos de incertidumbre y emoción. 

Desde un primer momento, los Movistar han estado muy activos, por aquello del 7 de julio y San Fermín. Por delante han lanzado a Lazkano, Romo y más tarde a Aranburu, aunque Lazkano se ha descolgado de la cabeza a causa de un pinchazo. El grupo delantero, que se ha consolidado finalmente tras muchos tiras y aflojas, estaba formado por Alexey Lutsenko, Anthony Turgis, Alex Aranburu, Javier Romo, Jasper Stuyven, Derek Gee, Ben Healy y Tom Pidcock. Estos dos últimos habían logrado enlazar desde atrás, mientras que Maxim Van Gils se había descolgado. Al igual que en una clásica, ha habido situaciones cambiantes de carrera, con múltiples estiramientos y aceleraciones en el pelotón para acometer en buena posición los estrechos tramos de tierra. El primer momento destacado ha llegado a falta de 130 kilómetros, en la cota de Baroville, una rampa de gran porcentaje en la que los ciclistas no tenían tracción. La colocación era crucial y ha habido un embudo, con corredores subiendo a pie, al modo del Koppenberg. En ese momento, Roglič ha quedado cortado en un segundo pelotón, produciéndose en los siguientes kilómetros una interesante persecución, para la que Red Bull - Bora no parecía bien preparado, aunque finalmente pudieran resolver el problema. 

A falta de 77 kilómetros, en otra cuesta de grava, Evenepoel ha lanzado su ataque. Parecía bastante lejos de meta, pero el pequeño belga se ha acoplado como un porquet de Sant Antoni (desconozco el nombre del crustáceo en castellano) y se ha lanzado a por todas con su habitual voracidad y bravura. Después de un conato de persecución por equipos algo desarbolados, Pogačar ha asumido en primera persona la persecución, con Vingegaard fuertemente pegado a rueda. El danés llevaba un tiempo rodando con la bicicleta de Tratnik, debido a un pinchazo previo; a pesar de las especulaciones, lo más seguro es que las medidas de la bici del esloveno ya estuviesen ajustadas a las de Vingegaard. Cuando Evenepoel ha sido alcanzado por sus dos ilustres perseguidores, les ha invitado a colaborar. Pogačar, al que siempre le va la marcha, no ha dudado ni un segundo en entrar al trapo y pasar al relevo. Vingegaard, más inteligente (o mejor aconsejado), ha preferido reservar. Han dado caza a los fugados, pero la actitud más cauta de Vingegaard ha hecho que Evenepoel desistiese en su empeño, dejándose caer los tres hasta el pelotón. 

Vingegaard, el aguafiestas. 

Era muy temprano para aventuras, pero no así a falta de 22 kilómetros, cuando Pogačar ha intentado echar el resto. Era un tramo más llano, pero Evenepoel venía de pasarlo mal en alguna curva con la grava. El maillot amarillo ha lanzado su ataque casi desde la cabeza, pero Visma ha respondido a la perfección. De hecho, Vingegaard ha estado en todo momento arropado por sus compañeros, que hoy sí han dado una exhibición de trabajo en equipo, sobre todo Jorgenson y Laporte. Pogačar solo ha contado con la ayuda puntual de Wellens, pues sus otros compañeros importantes iban intentando surfear sus propios problemas, como siempre pasa. 

Este ataque de Pogačar parecía bastante intenso, pero Jorgenson lo ha podido neutralizar, mientras Vingegaard flaqueaba a rueda de su compañero. El norteamericano, que está cumplimentando un año pletórico, se descolgó y ayudó a Vingegaard a volver a conectar con su archienemigo. Se había así resuelto una situación muy problemática para Visma y Vingegaard, que pueden considerar que el día de hoy ha sido una victoria, pues han troleado un poco a Pogačar y le han impedido aumentar su ventaja, en un terreno que le es más propicio al esloveno que al danés. En definitiva, ha habido muchos palos entre los favoritos, pero al final todo ha quedado en mucho desgaste y poco más. 

Hoy sí ha habido mucho Visma. 


Tan solo quedaba el interés por la resolución de la fuga. Un grupo intermedio, compuesto por van der Poel, Girmay, Matthews y alguno más, ya iba a ser incapaz de llegar a cabeza, sobre todo debido a la presencia de Costa, todo un freno de mano cuando se trata de perseguir. Stuyven lanzó su apuesta a falta de 11 kilómetros. Parecía que lo iba a conseguir, puesto que su pose y la distancia recordaban a aquella Kuurne - Bruselas - Kuurne que ganó hace ya bastante tiempo. Sin embargo, la edad no perdona (ni tampoco venir del Giro) y ha acabado sucumbiendo en el último kilómetro. El sprint ha sido de fuerza, o mejor dicho, realizado con la reserva. Aranburu contaba con Romo, pero este estaba totalmente fundido. Pidcock parecía ser el que tenía más opciones, pero no ha contado con Anthony Turgis, un excepcional corredor que ha hecho podium en la Milán - Sanremo y que es un habitual en las clásicas flamencas, además de tener en su historial un hermano pequeño, Tanguy, retirado bien pronto por problemas cardíacos. Su sprint ha sido portentoso y ha dejado con un palmo de narices a Pidcock, que ya se veía ganando la etapa del gravel, para delirio de sus fans. Podría decirse que la Milán - Sanremo ha derrotado a la Strade Bianche, callando la boca al inaguantable especialista de rtve. Ha sido de nuevo una victoria de un equipo menor, un TotalEnergies que apenas contaba con victorias este año. Si alguna cosa buena está teniendo este Tour es la democratización de las victorias.

Francia gana a Inglaterra, reedición de la Guerra de los 100 años. 


Nadie esperaba a Turgis.



4 comentarios:

  1. Por hablar de lo más reciente (el sterrato) enojosamente eficiente la estrategia de Jonas-PerroDePresa-Vingegaard, en su equipo tienen muy claro que hay una única rueda a vigilar y el danés se las está apañando para salir a todos los ataques de un Pogacar que cambiaría con los ojos cerrados medio Majka por 10 Almeidas&Ayusos.
    Por muy bueno que sea no puede sacar el corner y rematarlo, y creo que lo último que quiere en este Tour es lanzar por delante a alguno de los ibéricos y que cojan ventaja. No se si alguno de los dos uber-favoritos reventará este año pero cada jornada complicada que pasa, más se le pone cara de Roglic-2020.

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    1. No sé si acabarán petando, pero lo cierto es que el derroche de Pogačar de hoy, sin haber obtenido ningún tipo de ventaja, tiene que haberle escocido. La táctica de Visma es clara y tajante: jamás colaborar con Pogačar, lo demás no importa.

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  2. En cuanto a la espectacularidad de la etapa, camino de Dijon se podía haber liado mucho más gorda que hoy hasta que alguien decidió echar el freno de mano.
    Los organizadores tienen un problema gordo con etapas llanas donde ya ni siquiera tenemos la pantomima de L pactofuga, y se borran corredores a pares de equipos tan sobrados de victorias como EF, para colmo con un tío como Bisseger, que luego si tirará el día que tenga puertos de 2000 m en el camino... A ver donde se cobra Vaughter lo de otro día (carapaz de lunares en París?)
    Lo dicho, una puta vergüenza que el otro día no, y hoy sí.

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    1. Lo de los EF del otro día tiene toda la pinta a eso que comentas, llamada interna de la Mafia y a esperar otra oportunidad. Y por supuesto Vaughters, que va de outsider y alternativo, tragó, puesto que es parte integrante y activa del Sistema.

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