sábado, 11 de mayo de 2024

IL PERUGINO

Salvando los pronósticos iniciales más agoreros, este Giro está ofreciendo más de lo esperado. Casi todas las etapas están siendo interesantes, e incluso en las previsiblemente más anodinas hay algo de aliciente. Desde que el pelotón abandonó el Piemonte con Pogačar en rosa, se han disputado tres etapas en las que el líder ha dado un paso atrás, cediendo el protagonismo a otros ciclistas; en la séptima etapa, la crono de Perugia, Pogačar ha vuelto al primer plano con una de sus mejores exhibiciones en la materia, aportando incluso un puñadito de incertidumbre al sugo que ya lleva días y días removiendo a su gusto. 


Pogacar suelta los caballos en la crono de Perugia, decoración de la Sala delle Udienze del Colegio del Cambio, Perugia, obra de Pietro Perugino, 1498 - 1500.

Las etapas de Andora, Lucca y Rapalano Terme tuvieron sus cositas, algunas más que otras, siendo simplemente la antesala del mazazo de la crono de Perugia. Para Pogačar fueron tan solo tres días en los que se permitió un prolongado bostezo, mientras otros equipos asumían la iniciativa. La intensidad en la etapa de Andora se limitó exclusivamente a un ataque de Filippo Ganna en el capo Mele. El trotón italiano, soñando con Sanremo, fue engullido por un pelotón liderado por Consonni y Milan, sus compañeros en la pista. El triunfo fue para este último, después de una exhibición de fuerza sobre Tim Merlier. La etapa se completaba sin Girmay, víctima de una doble caída en el descenso del Colle del Melogno. 


Impresionante toma lateral con el lanzamiento de Consonni. 

Una confluencia de circunstancias propició que llegará la fuga en la etapa de Lucca. No se trataba de la fuga inicial, sino una formada a falta de 77 kilómetros para meta. Tras pasar las montañas blancas de Carrara, el pelotón se tranquilizó una vez cogida la fuga inicial. Saltaron entonces cuatro corredores: Benjamin Thomas, Andrea Pietrobon, Michael Valgren y Enzo Paleni. De todos ellos, el que más guardó fue el italiano del Polti, que se saltó varios relevos en los últimos kilómetros. Los otros tres dieron poderosas contribuciones y por detrás hubo cierta desorganización, con reproches entre varios equipos de sprinters. Pietrobon amagó en el último kilómetro, pero Paleni, el más joven, dio todo para cogerlo, sobre todo dado el escaqueo flagrante del italiano del Polti - Kometa; sprintaron finalmente Benjamin Thomas y el pendular Valgren, siendo la victoria para el francés. La primera de Cofidis en esta temporada, de la mano de un pistard experto en estas fugas creadas a mitad etapa, que se construyen a partir de un pulso prolongado con el pelotón. 


Sigue la moda de la cremallera.

En la etapa de Rapolano Terme, Pogačar decidió dejarse en manos de otros equipos, mientras por delante un terceto, formado por Luke Plapp, Julian Alaphilippe y Pelayo Sánchez, se dirimía el triunfo. Alaphilippe parecía esperar su particular renacimiento toscano, ofreciendo de nuevo toda su panoplia de gestos y tics, esos que hace cuando está en su salsa. Pero esta vez iba a ser una especie de regador regado, pues ante él iba a encontrar la sangre fría de Pelayo Sánchez, que se mostró fuerte para atajar un ataque de Plapp y también listo para torear a Alaphilippe. Supo colocarse en última posición para afrontar el sprint, aguantando hasta los últimos 150 metros para rebasar netamente a Alaphilippe, en un triunfo muy sorprendente y que da un cierto respiro a Movistar. Se notó la astucia de Roelandts y Sciandri en los mandos, y no de otros directores, más pendientes de la guía Michelín que del Garibaldi.  


Don Patrick Lefevere Parera, repartiendo tantos zascas como bidones.

Equivocación de Alaphilippe y Pelayo Sánchez en una rotonda, que casi les lleva al suelo.

Plano pictórico con Siena al fondo. 

En la cabeza de Pogacar, esta canción: 
Felicità a momenti e vita intensa, il fuoco nel acqua, e certa calma, serata di vento...
(foto de Harry Talbot)


Tras tres días de relativo anonimato, Pogačar ha recuperado su dosis de pantalla con una de sus mejores cronos, solo un poco por debajo de las de La Planche des Belles Filles de 2020 (momento seminal de su dominio) y la llana de Laval de 2021. Pero, a diferencia de La Planche, Pogačar no marcó los mejores tiempos desde un inicio. Ganna había establecido el mejor tiempo en meta cuando el viento lateral todavía no arreciaba en la parte llana. El campeón italiano había salido muy pronto, debido a que el día anterior había perdido bastante tiempo, con la intención de ahorrar fuerzas y quizá también de salir en la crono con unas condiciones diferentes a los corredores bien clasificados en la general. A pesar de la euforia local ante su mejor registro, Ganna no parecía del todo convencido: en su cabeza quizá revoloteaban las derrotas ante Evenepoel y Ayuso en Stirling y San Benedetto del Tronto. A continuación, Schachmann, Arensman y Sheffield hicieron tiempos bastante parejos a los suyos. 


Completamente deshecho tras entrar en meta. 

A los últimos corredores les influyó un viento lateral bastante fuerte, que les impedía seguir una línea más o menos recta. Este hecho era bastante visible en las imágenes que mostraban a corredores menudos, como Juanpe López o Einer Rubio (que perderían ambos cuatro minutos), o demasiado erguidos, como Thomas. Pogačar pasaba por el primer punto intermedio perdiendo 44’’ con Ganna. Había salido tranquilo, quizá aconsejado por el equipo: a partir de ese momento decidió apretar, hecho que se hizo palpable viéndole rodar. 


En el segundo punto intermedio, antes de la subida final, perdía todavía 49’’. No había ido a más la pérdida, a diferencia del caso de Thomas. Parecía, de todas maneras, que la crono sería finalmente para Ganna, pues la diferencia era bastante abultada todavía. Pero quedaba el tramo más duro. Pogačar se abalanzó sobre el repecho más empinado de Casaglia con fogosidad y desarrollo. No hubo muchas imágenes de su subida más tendida hasta la ciudad, puesto que la realización se centró en el derrumbe de Mr. G y sus 38 años. La maglia rosa entró limando en las últimas curvas, logrando mejorar en meta el tiempo de Ganna en 17’’. Había remontado 1’06’’ con respecto a Ganna en ese último tramo de 6 kilómetros. La subida de Ganna no había sido de las mejores (mucho menos incluso la de Thomas), siendo por contra la de Pogačar estratosférica, en su línea. También las de Daniel Martínez y O’Connor fueron muy buenas, aunque medio minuto peores que las del genio esloveno.  


Buena perspectiva aérea. 

Y aquí, pose de San Sebastián renacentista, rodeado de flashazos como flechas (foto de Dario Berlinghieri). 

Los datos de los últimos seis kilómetros, por @Velofacts.


La general parece muy clarificada y Pogačar podría dedicarse a esperar y controlar. Quizá podría incluso ceder la maglia rosa, pero sabemos que no lo hará. Él no corre así. Tendrá algunos días de calma, sobre todo intentando no diezmar a un equipo algo flojo, pero no va a permitir que otros le roben protagonismo ni se va a reprimir si la victoria parcial está cerca. Su ciclismo es otro, corre a la antigua, sin pensar en componendas ni en futuros objetivos. La forma de celebrar la victoria en meta, por delante de tres Ineos, demuestra que no le sentó nada bien que le impidieran con el triunfo de Narvaéz completar un Giro de principio a fin de rosa, a la Bugno, aunque dijera lo contrario. No va a ahorrar lo más mínimo. Quizá también haya influido el hecho de que Vingegaard haya por fin reaparecido en un vídeo, con sus primeros entrenamientos. Al danés se le veía todavía un poco ahogado al hablar, y Visma - Pequeña Lisa no parece estar pasando por su mejor momento, pero seguramente llegará al Tour en condiciones, con lo cual el doblete que algunos ya daban por sentado quizá no sea tan fácil de conseguir para Pogačar y prefiera asegurar lo que ya tiene al alcance. Aunque asegurar para él equivalga a aplastar a una competencia menguante. 


Giro 2024: con la chorra fuera, Pietro Perugino, 1483, Museo del Louvre.

Aquí te espero, Taddeo.

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