sábado, 2 de marzo de 2024

CABALLO DESBOCADO II, GALOPANDO DE NUEVO

Tadej Pogačar parecía ya impaciente por iniciar la temporada con una victoria. No se podía reprimir y no se puede decir que no hubiera avisado en los días previos. A nadie ha pillado por sorpresa.  Este es el año que más tarde ha empezado a competir, y desde 2020 ha tomado la sana costumbre de ganar la primera carrera que disputa, ya sea una prueba por etapas (Volta a la Comunitat Valenciana en 2020, UAE Tour en 2021 y 2022) o de un día (Clásica de Jaén en 2023). Esta vez no iba a ser diferente, después de haber estado demasiado tiempo retenido sin correr y sin ganar. Vingegaard y Evenepoel se le habían adelantado, llevándose un poquito de botín al zurrón en sus primeras carreras disputadas. Unas migajitas en el camino, de todas maneras. No había empezado de igual forma Wout van Aert, que no ganó en su primera aparición en Jaén, aunque ya haya subsanado ese fallo en la Kuurne. Ante estos primeros resultados, se esperaba la reacción inmediata de Pogačar, que no ha tardado en llegar.

Repite foto.

No solo eso: ha querido que yo tampoco tenga mucho que escribir, que la crónica salga sola. De hecho, casi no hay nada que decir. Los días anteriores había llovido, reverdeciendo las colinas toscanas y encharcando ligeramente los compactos caminos blancos. No se ha formado un barrizal: no ha habido chocolatada, solo un poco de crocanti. Cuando las cámaras han empezado a ofrecer imágenes estaba cayendo un aguacero sobre Quinn Simmons, que marchaba ligeramente escapado. Tras el campeón de Estados Unidos, a una veintena de segundos, los corredores de Ineos lideraban la persecución. Luego ha llegado Sante Marie y todo ha saltado por los aires.

UAE trabajando bajo el chaparrón, poco antes de la detonación. 


Ha sido una detonación silenciosa, casi como una ola que se va formando con parsimonia en el horizonte y que de golpe acaba engullendo una población costera. Una vez alcanzado Simmons, UAE ha tomado la delantera. Quedaban más de ochenta kilómetros para la meta y Wellens ha empezado a imprimir ritmo, con Pogačar a rueda. Ha ido acelerando hasta que Pogačar ha visto su distancia (¡81 kilómetros a meta!) y se ha ido. Es un caballo desbocado, siempre le pasa igual, con la diferencia de que a él no le fallan las fuerzas. Sepp Kuss ha sido espectador de excepción de su ataque. Una vez distanciado unos metros, Kuss ha mirado hacia atrás, también Simmons y como quien no quiere la cosa, Pogačar ha abierto una ligera diferencia que ha ido aumentando en el terreno ondulado de este tramo de 11 kilómetros, mientras la lluvia remitía completamente. La disposición actual de Sante Marie, más alejada, le dota de cierto carácter de Wallers Arenberg, de spartiacque entre la carrera previa y la carrera seria. Pogačar, fiel a sus lugares de iniciación, ha lanzado el ataque casi en el punto exacto donde lo hiciera en 2022. 


Wellens tensa la cuerda y...

...Pogacar remata. Kuss se abre. Quedan 81 km para meta. 


Luego ya no ha habido historia. La diferencia de 30 segundos que ha alcanzado en un primer momento ha ido espaciándose, hasta acabar convirtiéndose con el paso de los kilómetros en más de 3 minutos. Por detrás no había acuerdo, tampoco fuerzas. Solo Maxim Van Gils ha intentado seguirle en la distancia, pero se ha dejado coger más tarde. No estaban los rivales que pueden cuestionar, de tú a tú, la jerarquía impuesta por Pogačar. Aun así, ha sido significativa la desbandada general de Visma. Contaban con Tulett, Kuss, Valter y Laporte en el grupo perseguidor, y han ido desapareciendo uno a uno, sin ni siquiera tomar la responsabilidad de la persecución. Esta ha recaído en Ineos, con Arensman y Sheffield, y más tarde en Lotto, con Van Eetvelt. Para desgracia de Ineos, Pidcock no ha estado a la altura (era significativo verlo con la cara blanca, salpicada de barro de tanto chupar ruedas).


Bonito encuadre con cipreses. 

Breve momento sin gafas, embarradas. 

El auténtico coche de equipo de Pogacar.


Mientras Pogačar seguía con su paseo, Maxim Van Gils se ha vuelto a marchar. Tenía un buen día, como lo lleva teniendo el Lotto en todo este inicio de temporada, pero ya estaba a casi dos minutos de Pogačar y su intentona era simplemente un ejercicio para conseguir la segunda posición. Detrás de Van Gils, después de mucho tira y afloja, se ha formado un grupo perseguidor, con Formolo, Bardet, Mohorič, Lenny Martinez, Pidcock, Healy, Zana, Skujins y Cosnefroy. De este grupo ha saltado Skujins. A pesar de haber sufrido una caída previa con su compañero Simmons, el letón llevaba unas piernas poderosísimas, como en la reciente Omloop Het Nieuwsblad. Ha dado alcance a Van Gils y ambos se han turnado a relevos, a fin de maquillar el resultado.


Il nuovo Federico II di Svevia. 


Siempre consciente de las cámaras.


No ha habido maquillaje posible. Pogačar se ha zampado el bucle final por el Colle Pinzuto y Le Tolfe como un niño su merienda de pan y nutella, ante un público enfervorecido. Sin italianos en liza, los aficionados locales parecen haber adoptado a Pogačar como uno de los suyos, sobre todo en vista del Giro que se avecina: más vale estar de lado de la potencia ganadora, como siempre ha pasado en Italia. En algunos casos, alguno del público a punto ha estado de derribarlo (un tontaina le ha querido chocar la mano y casi le da una bofetada). Ha llegado al extrarradio de Siena indemne, sin aparentes signos de fatiga (tan solo se ha tocado un poco el muslo durante un segundo). Por detrás esta vez no había caza y llevaba un colchón más que suficiente como para subir Santa Caterina sin forzar. Así lo ha hecho, dándose un baño de multitudes y sonrisas en meta. Ha tenido incluso tiempo de hacer la macarrada de bajarse de la bicicleta y alzarla en el aire, a lo Gilbert en Flandes 2017. Al menos ha tenido el decoro de hacerlo una vez pasada la línea de meta.


Suelo mojado...

...y un rayo de sol que da la bienvenida. 


Por detrás, Van Gils ha intentado sorprender a Skujins en Santa Caterina, pero el de Lidl-Trek le ha tomado la medida y no le ha perdonado. Le ha rebasado al final y, en el callejeo hasta Piazza del Campo, ha tomado la delantera para entrar segundo. En el grupo perseguidor trasero, Pidcock ha saltado por aquello del orgullo herido, cuando ya no tenía ni siquiera oportunidad de dar alcance a este dúo perseguidor. Se ha contentado con un cuarto puesto que no será muy recordado.


How started, how it's going, versión Van Gils - Skujins. 

El día anterior, Pogačar se había hecho unas fotos con Del Toro en la Piazza del Campo, estrenando mechitas a lo Ellen DeGeneres y con pinta de ser un turista más, buscando el sol de la Toscana, aunque con un día más bien nublado. Las poses de influencer de ayer han tenido su continuación en una demolición total de la posible competencia, como si ambos hechos estuviesen unidos por una extraña lógica de causa y consecuencia. Ante las exhibiciones de Vingegaard en Galicia y Evenepoel en Portugal, Pogačar ha querido marcar territorio en un escenario de más empaque, de mayor escenografía, pero sin perder la sonrisa. Su equipo había tenido altibajos alarmantes, sobre todo en su carrera local. Hoy, con el estreno de su estrella, la imagen debía ser diferente. Se debía ofrecer una imagen sólida, sin fisuras. “Atacaré en Sante Marie”, había dicho, con una sonrisilla maliciosa a los periodistas antes de la salida, sabiendo que la colina decisiva no se encontraba ya a 40 km sino a 80, dado el aumento de kilometraje de la prueba. Le daba igual. Ha querido señalar el paso de la carrera a su mayoría de edad con una victoria que quede impresa en la memoria de los aficionados. 


Secundado por Skujins y Van Gils en el podio.

Los resultados de un día importante. Pero el top-ten tampoco es gran cosa.

Como buena ciudad gibelina, en Siena hoy han recibido a su emperador. 


5 comentarios:

  1. Buenísimo el apunte del coche de equipo, y hablando de cosas de mayores quiero pensar que este año puede ser cuando por fin veamos el esperadísimo ataque en la Cipressa que haga saltar todo por los aires.
    En Flandes ya aprendió que mucho mejor la guerra-total que esperarse para soltar una única estocada... en fin, disfrutemos de la parte de la temporada más divertidas del año!

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    1. Sí, tendría que probarlo en una subida más tendida y larga, como la Cipressa, y no esperar a los fuegos de artificio del Poggio, donde hay tipos más brutos que él (van der Poel). Le van más los esfuerzos prolongados, como en el Oude Kwaremont o como ayer en Sante Marie. Y se trataría, como dices, de una prueba ya "de mayores".
      Empieza como señalas la parte más interesante de la temporada, con la París - Niza, para mí la mejor prueba por etapas después de las tres grandes.
      Un saludo.

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  2. Pogacar sigue empeñado en su lucha contra la Historia. Lo del otro día no era necesario bajo ningún concepto, salvo el hacer llegar a buen puerto un ataque tan lejano. O a lo mejor es un ensayo, como decís, del ataque desde la Cipressa, en vistas de que el Poggio se le queda corto.

    El único "problema" es lo mal que deja a los rivales. En el primer día de competición todos parecieron humildes globeros. No fue poco a poco seleccionando el grupo, no necesitó siquiera un ataque demasiado largo... simplemente atacó y nadie intentó seguirles. Vale que no había ninguno de los más grandes que llevan monopolizando todo lo importante estos años, pero fue muy bruto.

    Y como decía, es el primer día de competición. Ya sé que esto no es como era, cuando empecé a ver ciclismo, que los corredores se tiraban pululando por el fondo del pelotón durante semanas, corrían pruebas solo como rodaje, y tenían picos de forma. Ahora es siempre a tope, o al menos, para los mejores, siempre es un pico de forma continuo y casi perfecto, pero es extraño verlo.

    Solo pido un poco de variedad y que los mismo del año pasado no ganen todo lo importante.

    Perdón por el mix del comentario con varios temas cruzados, pero fueron saliendo así.

    Saludos!

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    1. Sí, comparto una sensación parecida. Por un lado, se tiene la impresión de estar viviendo un ciclismo del que solo nos contaron cosas (Merckx, Coppi, Hinault), por otro, quizá resulte un poco cansino estos ataques lejanos, estas carreras decididas tan pronto, sin aparente lucha. Espero que este año no se tenga que cumplir esa regla de los "contrapesos", según la cual, de no haber dos corredores de los importantes en liza, la carrera resulta aburrida debido al dominio aplastante del único participante de los "buenos".
      En concreto, sobre la Strade Bianche, sigo pensando en el bajo rendimiento de los Visma y de Pidcock. Incluso Van Gils y Skujins parecieron estar a otro nivel que el resto.

      Un saludo y esperemos que se vea más reñidas en este inicio de temporada.

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    2. *se vean carreras más reñidas...

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