lunes, 5 de febrero de 2024

RICOMINCIAMO!

Un año más inicio la Crónica de la temporada ciclista, esta vez sin muchas novedades que contar. Apenas se han disputado carreras y el pelotón todavía anda legañoso. En muchos casos, los equipos han enviado a los más jóvenes a disputar estas pruebas secundarias, para que se fogueen y se den a conocer, mientras los líderes siguen sin salir del envoltorio, a la espera de sus grandes objetivos. Así pues, esta crónica inicial pretende ser un resumen algo impresionista de estas primeras carreras, en las que no merece la pena zambullirse en profundidad, tan solo con mojarse un poco los pies basta.

Escribir, escribir, escribir...


¿Con qué detalles quedarse de estas primeras jornadas de ciclismo? Empezando por la sobrevalorada carrera australiana, cabe destacar la primera victoria profesional de Isaac del Toro y el triunfo en Willunga de Oscar Onley. El mexicano, muy enérgico y efusivo, aprovechó una zona de repechos para desarbolar un sprint que parecía cantado. Por su parte, el joven escalador escocés de DSM obtuvo ya un primer triunfo de prestigio, después de varios destellos fugaces en temporadas anteriores. La victoria final fue para el galés Stephen Williams, un corredor que había destacado tímidamente en la Vuelta a Suiza y en Noruega, y que se demostró bastante sólido ante rivales de su calibre. Sin embargo, esta carrera no suele ser preludio de casi nada, todo hay que decirlo.

La última etapa fue para Williams, un corredor que parece la suma de Daniel Martin y Tao Geoghegan Hart.



En las carreras mediterráneas, Aleksandr Vlasov y Brandon McNulty han sido los principales protagonistas. Son corredores de características compartidas: buenos escaladores, pero poco rematadores. En Mallorca, tanto Simon Carr como Lennert Van Eetvelt les robaron la cartera, dando el ruso y el norteamericano muestras de gran ingenuidad a la hora de resolver favorablemente un sprint. En la Volta a la Comunitat Valenciana, ambos mantuvieron un bonito duelo en las rampas de Miserat, un murito que haría las delicias de Guillén en una futura Vuelta, si contara con espacio suficiente como para desplegar toda la infraestructura de come-canapés en la cima, casi una necesidad dada la larga tradición de la Vuela en ese apartado. Ese duelo en Miserat, en el que también se coló Buitrago con su habitual estilo ahorrativo, fue finalmente para McNulty, que a la postre se ha llevado la Volta. El colofón de la carrera fue de nuevo una espectacular etapa en València, con un pulso sostenido por Will Barta ante todo el pelotón. El de Movistar logró llegar en solitario a la meta del Grao de València, evitando que se lo zampase el pelotón en los estrechos caminos de huerta que se despliegan al norte de la ciudad.

Primer triunfo profesional para Paul Magnier en Felanitx. Un mozalbete arnaudeliano de 19 años.

Triunfo en pareja de Bardiani en Castellón, Tonelli por delante de Tarozzi.

Igor Arrieta estuvo muy activo en Mallorca. Se demostró como gran bajador, pero asumió demasiados riesgos.

Tim Torn Teutenberg, tercero en el GP València (de retransmisión infame). Está en el equipo de desarrollo de Trek, pero seguro que le darán paso al primero a lo largo de esta temporada. 


En la Etoile de Besseges, carrera de la que solo he visto clips muy breves (no hay tiempo para todo), cabe destacar los triunfos de Axel Laurance ante Mads Pedersen, en un agónico final en cuesta, y de Kevin Vauquelin en la habitual crono de la Montée de l'Ermitage. También la victoria de un continental, Samuel Leroux, del Van Rysel - Roubaix: algo siempre digno de alabar. En Arabia, la victoria ha sido para Simon Yates. Noblesse oblige, o mejor dicho, patrocinador oblige. Aunque la gran sensación ha sido William Junior Lecerf, ligero escalador del Soudal - Quick Step, que casi le arrebata el triunfo a Simon Yates en la llegada de Harrat Uwayrid, una plataforma a la que se asciende por una corta y empinada carretera, que desemboca en una planicie digna de hacer un salto al vacío a lo Thelma y Louise. Mientras tanto, todavía no han desembarcado en las carreteras los Visma - Lease a Bike (iba a escribir los Jumbo...), rodeados de su hermetismo habitual por estas fechas. Hasta que esto no suceda no se conocerán las armas con las que cuenta cada uno para esta temporada.

Se notó la mano de ASO en la realización: Majka, S. Yates, Fisher Black y Lecerf.


En Benidorm, única victoria de Visma - Lease a Bike (pero en el barro, o en el polvo, mejor dicho). Segundo Vanthourenhout, tercero Thibau Nys (foto propia).


Hasta aquí lo que han dado de sí las primeras semanas de competición. Como habréis visto, he resuelto en cuatro pies de foto la dispersión de estas jornadas. Llegarán tiempos con más cosas que contar, con más jugo que extraer a los acontecimientos. El deseo de empezar la Crónica era demasiado fuerte como para mantenerme callado, aunque hubiese poco que decir. Al fin y al cabio, con el paso de los años he hecho de este deporte la excusa para contarme a mí mismo (y a algún que otro lector ocasional) una historia interminable, sin principio ni final. A veces pienso que esta crónica sin fin es una especie de acta, quizá para un futuro; una hemeroteca personal en la que encontrar los artículos que me hubiera gustado leer (y que al final he tenido que ir escribiendo yo mismo). El ciclismo es la mirilla a través de la que veo la progresión, las rivalidades, los triunfos y los sinsabores de los otros, mientras yo me hago más viejo y los corredores son cada día más jóvenes. No deja de ser un entretenimiento liviano al que hay que dar una importancia relativa, aunque me consuma mucho tiempo. También es una forma algo perezosa de viajar sin salir de casa. En ese sentido, en este año he añorado las vastas llanuras argentinas de la Vuelta a San Juan, con la proximidad amenazante de los Andes y esas carreteras largas en mitad de la nada, flanqueadas por eucaliptos enormes y viviendas precarias (1).


Se echa de menos lo de lejos, pero se disfruta también lo de cerca. 


Así pues, para finalizar, simplemente quería añadir un deseo, como quien escribe una carta a los reyes magos con algo de retraso. Vivimos en una época (en un sentido de longue durée, que se me entienda) en la que hay una necesidad enfermiza de nombres. De tres o cuatro a lo sumo, sobre los que proyectar las debilidades y deseos de cada uno. El ciclismo no es ajeno a esta tendencia. Sin ir más lejos, el año pasado se hablaba de los big six, como si el resto de pelotón no existiera. Es fácil caer en esa tentación elitista, aunque mi afán iconoclasta no desea otra cosa que la irrupción de nuevos nombres, nuevos equipos y nuevas situaciones que rompan ese juego cerrado. Y también, cómo no, también deseo que ninguno de estos nombres me acabe defraudando. Defraudando en un sentido armstrongiano del término.


(1) Una nueva ligazón me une a esos paisajes, más allá de mi interés por las carreras del Hemisferio Sur. Hace poco una familiar encontró una correspondencia entre mi abuelo y un amigo valenciano emigrado después de la guerra a Argentina, concretamente a la municipalidad de Rawson, donde se desarrolla la carrera ciclista. Son cartas de 1949. En esas cartas (conservamos tan solo las del emigrado, no las de mi abuelo) se describen paisajes insólitos, nuevas actividades agrícolas, un mundo nuevo e incluso se habla del piloto Juan Manuel Fangio. Han sido todo un descubrimiento familiar, olvidadas como estaban en un cajón de la vivienda del pueblo. Cuando disponga de tiempo me gustaría poder trascribirlas con calma, e incluso, por qué no, también desearía ponerme en contacto con los descendientes de ese valenciano-argentino.

2 comentarios:

  1. Gracias por las crónicas de inicio de temporada.
    Más allá de comentar la pereza que me dan las carreras árabes (y que aún así intento seguir por el mono de ciclismo), mi reconocimiento y agradecimiento por dejar por aquí escrito lo que sucede.
    Es algo que me gustaría hacer a mí pero sé que no haré, por lo que disfruto leyéndote y compartiendo algún que otro comentario sobre cualquier tema. Además se agradece que lo hagas con una visión realista, sin que todo gire alrededor de ello, pero siendo consciente de lo que es el ciclismo profesional en lo bueno y lo malo.
    Y siéntete orgulloso porque disfrutarás releyendo dentro de 20 años lo que escribes ahora. Cómo me gustaría tener por escrito lo que yo pensaba cuando veía a Perico tirar el Tour, cuando veía a Indurain destrozar a todos con mi cronómetro en la mano para tomar mis propias diferencias, cuando empezaba a descubrir cómo era Italia en etapas narradas en T5, o ya más cerca cuando me puse a aplaudir descubriendo quién era ese tal Freire.
    Un saludo!

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Jaime! Tus comentarios también forman parte de este blog.

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