No, no se trata del título de una película norteamericana de instituto, en la que los nerds finalmente sobreviven a un duro curso y destacan por algún acto insólito y valeroso. Tampoco se trata de una referencia al espíritu olímpico y su mantra de lo importante es participar. Se trata de ciclismo, cómo no, y en concreto del corredor que se ha alzado con la victoria en la Kuurne - Bruselas - Kuurne, Tiesj Benoot. Un ciclista combativo y siempre presente, pero sin sprint y sí mucha mala suerte, lo que se ha traducido en una trayectoria de sinsabores y derrotas, en la línea de Sep Vanmarcke. En su exiguo palmarés tan solo relucía aquella Strade Bianche del barro, de la época en la que Wout van Aert todavía no subía bien las cuestas. Benoot ha ganado gracias a la magia del Jumbo - Visma, equipo que ya ejerce como indiscutible patrón de la nueva temporada.
Ya asoma Flandes tras la ventana. |
Quizá sea necesario comentar los sucesos paralelos de Galicia. De cara al duelo en París - Niza, Pogačar y Vingegaard están marcando territorio como animales que se retan desde lejos (animales de apariencia poco fiera, cabría decir; gatitos de instagram). Este duelo en España en la distancia podría parecer que ha sido ideado en algún casino o diputación por los caciques de Jaén y Ourense, con la finalidad de revertir el proceso de vaciamiento secular de sus provincias, dando a conocer al mundo algunos de sus territorios más inhóspitos y hostiles para la vida. Pero no todo ha sido lucimiento. Por desgracia para la carrera gallega, ha habido también polémica, provocada por el frío, la nieve y las cancelaciones. El primer día cayó una buena nevada camino de Sarria que hizo que los corredores parasen, forzando a la organización (que estaba dejando las cosas pasar) a cancelar la etapa. Otro día también se canceló un doble paso por un puerto, no tanto por la nieve como por el frío y la peligrosidad en el descenso: una cancelación para la que al parecer Jumbo ejerció la presión oportuna. Más allá de estos elementos, el resultado hubiese sido más o menos idéntico, al no contar Vingegaard con contendientes de su nivel. Si UAE se llevó cuatro etapas de cinco, con tres para Pogačar (más el aperitivo de Jáen Paraíso Interior), Vingegaard se ha llevado tres etapas de tres disputadas, superando en la crono final a su compañero Rohan Dennis. Ahora ya nadie habla de objetivos prematuros, porque en realidad, si se analizan en detalle, ambas carreras han sido un paseo para sus ganadores.
"Pogi, veo tu apuesta y la doblo". |
Volviendo a la Kuurne, más interesante a nivel competitivo, la carrera se ha jugado de lejos, como casi siempre suele suceder. Los cincuenta últimos kilómetros llanos condicionan que esta carrera sea así y que esté caracterizada por sus bonitas persecuciones. Como siempre, marchaba por delante un grupo de escapados, con Taco van der Hoorn como corredor más destacado. El pelotón estaba ya fraccionado, con algunos favoritos ya fuera de juego, como era el caso de Jasper Philipsen (curiosamente su equipo sigue sin ganar, con cierta vanderpoeldependencia). A más de ochenta kilómetros para meta, en la breve incursión por territorio valón, los Jumbo comenzaron a forzar el ritmo, provocando una escisión, con uno de esos ataques en masa que ya pusieron en práctica en la pasada París - Niza. Como en aquella ocasión, Nathan Van Hooydonck fue el artífice de la ruptura, llevándose consigo a Jan Tratnik y a Tiesj Benoot, formándose a continuación un grupo selecto en el que llegó a figurar incluso Peter Sagan.
Pero la presencia del eslovaco fue un espejismo. En el Mont-Saint-Laurent se hizo una selección de esa avanzadilla, quedando tan solo por delante Tim Wellens, Matej Mohorič, Tiesj Benoot y Taco van der Hoorn, superviviente de la fuga inicial. Un poco más tarde se les uniría Van Hooydonck, siendo su presencia decisiva en la resolución de la prueba. Por detrás, Lotto y Soudal - Quick Step se comenzaron a organizar, a fin de defender los intereses de De Lie y Jakobsen respectivamente.
Entonces la carrera entró en un impasse, en el que la situación se mantuvo más o menos estable hasta la entrada en el circuito final de Kortrijk y Kuurne. A falta de diez kilómetros para meta, el pelotón desistió de la persecución, cuando la diferencia de más de un minuto parecía irrecuperable. La carrera se la iba a jugar un grupo de buenos corredores, protagonistas habituales de las clásicas, pero no acostumbrados a ganar. En el palmarés de clásicas de cada uno reluce un único triunfo, aunque de desigual intensidad: un ganador de la Milán - Sanremo, uno de la Strade Bianche, otro de la Flecha Brabanzona y otro de la clásica de Bruselas, a los que habría que añadir a uno de los mejores gregarios del pelotón, sobrino de un doble ganador de la Ronde.
Un grupo bastante interesante. |
A falta de cuatro kilómetros comenzó la danza habitual de escaramuzas y racaneos que hace a estos finales tan interesantes. El primero en atacar fue Matej Mohorič, sin excesiva convicción, siendo cazado por Van Hooydonck. A partir de ese momento, Jumbo tenía clara su estrategia: lanzar ataques alternados. Faltando dos kilómetros, Van Hooydonck lanzó su ataque, sin levantarse del sillín, un ataque de potencia sostenida, aprovechando una recta desprotegida frente al viento lateral. Tuvo que cerrarlo Mohorič, al que le costó media vida hacerlo, como le sucediera a Boonen con aquel ataque larguísimo de Hayman poco antes de la entrada al velódromo de Roubaix. El ataque posterior de Benoot se hizo un poco esperar, siendo menos explosivo, controlándolo Wellens con algo más de facilidad. Van der Hoorn, mientras tanto, permanecía expectante, poniendo nervioso al esloveno.
En el último kilómetro, Van Hooydonck estiró al grupo, pero justo al entrar en la última curva, ya con el viento favorable, ralentizó el ritmo, propiciando el ataque de su compañero. Wellens dudó un instante en cerrar el hueco, de forma que Benoot ganó unos metros decisivos. Quedaban apenas 300 metros. Wellens se quitó de en medio la responsabilidad de lanzar el sprint al resto y Mohorič y van der Hoorn, ya sin piernas, parecían pensar en los puestos de honor. Benoot se llevaba así el triunfo, mientras Van Hooydonck copaba el segundo puesto, con un sprint largo que Mohorič no pudo superar. En el sprint del pelotón, Laporte también se llevaría el primer puesto por delante de De Lie.
Ti-Raleigh. |
En fin, continúa el dominio, sin necesidad de que haya aparecido todavía van Aert en escena. Como siempre sucede en estos casos, la lectura de carrera fue perfecta, porque las piernas prodigiosas permiten pensar menos en las fuerzas que menguan y más en la estrategia a seguir. Son dos elementos indisociables.
Si tienes buenas piernas, nunca actúas como un borrico. |
En otro orden de cosas, se ha disputado la carrera de los emiratos, quizá más aburrida que nunca dado el empacho de carreras del desierto y la más interesante competencia en otras geografías. El triunfo final ha ido para Evenepoel, que ha ganado gracias a su dominio en la crono por equipos, ya que en las cimas se han impuesto Einer Rubio y Adam Yates. Simplemente una comparativa visual: resultaba curioso comparar las fisonomías de Evenepoel y Adam Yates, más o menos de la misma altura pero el belga con unas piernas, unos brazos y un pecho más propios de Johan Museeuw que de un corredor de grandes vueltas.
Tenía pendiente comentar hace unos cuantos posts, pero realmente me ha sido difícil. O al menos eso me digo, porque un par de minutos supongo que podría haber sacado.
ResponderEliminarEn cualquier caso, el dominio de Jumbo es aplastante en las clásicas. Se habla mucho de lo bien que juegan sus cartas, pero es lo normal cuando se tienen varios ciclistas con más piernas que el resto. De hecho lo anómalo es hacerlo mal en esas circunstancias, como cuando el Quick Step de Boonen se empeñaba en que ganara este. Aún así, qué bueno es van Baarle, y qué maravilla es verlo rodar acoplado. Pocos corredores hay que mantenga esa postura perfecta durante tanto tiempo.
A ver cuando se junten todos los importantes que han estado ausentes. Y ojalá a Flandes vaya Pogacar y también Alaphilippe, porque con las bestias del pavé se podría ver una carrera interesantísima.
Sobre los de GV, el dominio de Vingegaard y la superioridad de Pogacar nos anticipan un Tour que será un mano a mano entre los dos. Ojalá el resto no se conformará con buscar el tercer lugar del podio que está en juego, aunque eso sí es mucho suponer.
Muchas gracias por las entradas, se agradece leerlas. Saludos!
Gracias por comentar.
EliminarSe prevé una semana próxima de ciclismo muy interesante, con Vingegaard y Pogacar no dejando nada en la reserva. Porque en realidad la París - Niza puede ser un buen test para valorar si de verdad Pogacar perdió el Tour por una suma de extrañas circunstancias o si de verdad ha encontrado a alguien superior.
En cuanto a las clásicas, va a ser interesante ver cómo gestionan van der Poel y van Aert el favoritismo abrumador que les van a echar encima, porque ganar una clásica no es tan "fácil" para ellos como ganar una prueba de ciclocross. La competencia es mayor y los demás van a aprovecharse, como siempre ha sucedido, de su marcaje. A su sombra va a haber dos o tres corredores que se pueden labrar un buen palmarés.