domingo, 27 de marzo de 2022

EL MEJOR FIN DE SEMANA DE CICLISMO DE LA TEMPORADA

El fin de semana no se presentaba excesivamente prometedor después de la monstruosa exhibición del Jumbo en Harelbeke. Tampoco las primeras etapas de la Volta apuntaban en otra dirección que no fuese la del ambiente insustancial y poco competitivo que rodea tantas veces a las grandes vueltas. Sin embargo, la situación se ha logrado enderezar, dando lugar al mejor fin de semana de ciclismo en lo que llevamos de temporada. Los ingredientes de este cambio han sido la relativa tregua en el dominio de los súper-equipos y la irrupción de protagonistas inesperados, de innegable calidad. Pero más allá de los ciclistas implicados y de lo significativo de sus victorias, la Volta y la Gante - Wevelgem nos han ofrecido algunos de los minutos de ciclismo más intensos y apasionantes de lo que llevamos de año. En especial en el caso de la Volta. Y como viene siendo habitual, habrá que atesorar estos momentos en el recuerdo, porque al final acaban convirtiéndose casi siempre en los mejores del año. 

Lo mejor de la E3 Harelbeke: esta foto de los Gruber.


Como decía, el viernes en Harelbeke tuvo lugar una de esas exhibiciones a las que nos estamos acostumbrando demasiado. De nuevo dos corredores del mismo equipo entraban en meta, cogidos de la mano. Al menos eran dos y no tres, y no se les ocurrió levantar sus bicicletas. La carrera se resume rápido, no creo que sea necesario glosarla en exceso. Wout van Aert seleccionó primero la carrera en el Taaienberg, a falta de 80 kilómetros, marchándose por delante con un grupo en el que contaba con Benoot y Laporte como ayuda. Se produjo más tarde un reagrupamiento, que estalló a falta de poco más de 40 kilómetros, con un segundo ataque de van Aert en el Paterberg. Esta vez, Christophe Laporte, convertido de golpe en clasicómano experto, pudo seguir el ritmo  de su líder. De esta forma, ambos jumbo, a relevos y en completa armonía, se dirimieron la victoria en la meta de Harelbeke. Entraron cogidos de la mano, como en otras estampas del pasado (la Lieja de 2002, por ejemplo), violentando un poco la competición. En fin, una superioridad y un tipo de resolución con las que dan ganas de dar carpetazo al ciclismo durante un tiempo. 

Bettini y Garzelli

 

Pero como en todos los altibajos que padecen los toxicómanos, después de una bajona el ciclismo ofrecía al espectador su particular redención el sábado en la Volta. Richard Carapaz y Sergio Higuita, con la ayuda de Luke Plapp, ponían patas arriba la carrera, escapándose de un pelotón aterido en el Coll de Llebres Mussara, a falta de 120 kilómetros para meta.  Aunque no nos vengamos arriba en exceso: sobre la épica del día planeaba todavía la sombra de la plaga de abandonos que azota al pelotón desde la pasada París - Niza y lo que es todavía más grave, el recuerdo todavía caliente del paro cardíaco sufrido por Sonny Colbrelli en la meta de Sant Feliu de Guíxols. El sprinter todoterreno se desplomó nada más cruzar la meta el primer día, habiendo terminado segundo en un sprint agónico contra Michael Matthews. Afortunadamente no se ofrecieron imágenes de la situación, pero estaba Juan Carlos García para informar de lo ocurrido. Ya somos todos un poco mayorcitos como para no establecer las pertinentes conexiones y elaborar las reflexiones adecuadas. Yo ya las hice en su día con un corredor que tuvo menos suerte, con un corredor más anónimo, encuadrado en el equipo en el que entonces corría Wout van Aert. Hoy ya podemos celebrar que el ciclista italiano se ha recuperado, aunque parece bastante difícil que un corredor de sus características pueda volver al ciclismo, y sería mucho mejor que no lo hiciera. Puede contentarse con el gran logro de haber salvado su vida: otros no tuvieron tanta suerte.

Una tregua de sol en Portbou (vía @TuristaVuelta)

 

Las etapas "de montaña" de La Molina y Boí Taüll apenas marcaron diferencias. En la primera, O'Connor realizó una exhibición de rodar en una subida de poco porcentaje; en la segunda, la victoria se resolvió al sprint entre Almeida, Quintana e Higuita. La carrera parecía destinada a disputarse en las bonificaciones. Sin embargo, un diezmado Ineos sacó su orgullo herido de equipo dominador del pasado, y lanzó su ofensiva en una etapa rompepiernas por la comarca del Priorat. Al conectar las imágenes en directo ya ofrecían a Carapaz e Higuita en cabeza con una ventaja superior a los tres minutos y medio. Por detrás UAE se desfondaba en una persecución que quemó bastante rápido a Marc Soler. El frío era intenso, apenas se diferenciaba a los corredores y a los equipos desde las imágenes del helicóptero, debido a las capas de abrigo. 

Luke Plapp inicia la ofensiva.

 

Al llegar al coll de la Teixeta parecía bastante claro que los dos corredores escapados iban a llegar a meta, con Sergio Higuita como nuevo líder, a pesar de los comentarios de signo contrario de Pedro Delgado. El rodar de ambos era potente, en especial del menudo colombiano, que por momentos parecía llevar con el gancho a Carapaz. Por detrás Almeida se quedaba prácticamente solo tras apartarse Rui Costa, pues en UAE parecían tener instrucciones de conservar a Juan Ayuso. Uno-X se prestó a colaborar, reduciendo algo la diferencia. En el descenso, Juan Ayuso se lanzó en varias curvas, recortando bastante la ventaja a los escapados. Sin embargo, poco iba a conseguir en la general de darles alcance, pues ya Higuita se encontraba por delante en la clasificación, más si cabe después de las bonificaciones obtenidas a lo largo de la etapa. Sin instrucciones desde el coche, Ayuso decidió esperar, pero para ser reabsorbido por un grupo intermedio, en el que no marchaba todavía Almedia. El portugués solo podría contar con equipos dados al mercenariado o que buscasen el triunfo de etapa. En resumen, táctica nefasta la de UAE, desprotegiendo a su líder y no sacrificando a Ayuso, por mucha figurita en ciernes que sea. 

A falta de tres kilómetros a meta, Delgado ya se dignó a decir que Higuita y Carapaz iban a llegar a meta (Carapaz con varios abandonos de su equipo a sus espaldas). No hubo compadreo, como debe ser, y la victoria fue en un sprint muy ajustado para Carapaz. Almeida y UAE ya podían despedirse de la general, también Ineos, pues en el interesante circuito de Barcelona no hubo opción alguna de sacar ventaja. La etapa ha sido nerviosa y entretenida, con ese punto de criterium mundialístico que siempre tiene el circuito de Barcelona (sin duda, junto con la etapa de Niza, la mejor etapa final de una vuelta por etapas). 

Sin regalos.


Finalmente llegamos a la Gante - Wevelgem, carrera que hoy ha ofrecido una edición muy interesante, en la que se ha producido la primera victoria africana en una carrera de primerísimo nivel. Sí, claro, ha habido etapas y también victorias de africanos que a la hora de la verdad optaron por la nación de sus antepasados de la metrópoli. Esta vez ha sido una victoria de más nivel y de un corredor de nacionalidad africana: un hito. Sin duda Biniam Grmay es un corredor que va a marcar una época, lo lleva anunciando desde hace tiempo. Es rápido, resiste de forma magistral el kilometraje y además ha demostrado ser despierto y tener un especial olfato para la victoria: todo un recado para aquellos que hablaban de "naciones invitadas" (a la manera de los gastarbeiter de la RFA). Tendrán que ir acostumbrándose (para más inri, también ha ganado hoy Bouhanni). 

Van Aert y todos los Jumbo eran la rueda a vigilar, habiéndose arrogado el papel dominador del que antes gozaban los Quick Step y que por ensalmo se ha volatilizado. A pesar de los repetidos movimientos de Wout van Aert para seleccionar la carrera, se ha producido un reagrupamiento, con la entrada in extremis de sprinters como Kristoff, Merlier o Philipsen. Entonces van Aert ha dado vía libre a Laporte, una rueda menos vigilada. Poco antes de entrar en Ypres y en la interminable recta que separa a la monumental localidad reconstruida de Wevelgem, Laporte ha lanzado su ataque, siendo seguido por Stuyven, Van Gestel y Grmay. Los cuatro se han entendido a la perfección, permitiendo descansar por detrás, en un grupo cada vez más numeroso, a van Aert, Kristoff y Pedersen. Se ha vivido una intensa persecución, en la que Groupama - FDJ, Alpecin y Movistar han liderado el grupo, con unos ya exprimidos Le Gac, Vermeersch y Jacobs. Küng se ha limitado a conminar a otros a que pasasen al relevo, rindiendo por debajo de lo habitual. En ningún momento ha dado la impresión de que pudieran dar alcance al cuarteto delantero. 

Una gran victoria en una de las grandes metas del año.

 

Como estaba previsto, Biniam Grmay ha ganado el sprint del cuarteto. De forma magistral, sin ningún pero, calculando a la perfección la distancia. Laporte se ha acercado un poco, pero el regalo que parecía haberle concedido van Aert se ha transformado en meta en una profunda decepción: parecía que le iban a saltar las lágrimas durante la entrevista. Van Gestel ha conseguido la tercera plaza, superando a Stuyven, al que últimamente se le hacen largas las carreras.  


Eritrea, Colombia, Ecuador, Portugal...Todas "naciones invitadas".

 

La victoria de Grmay es un hito, se  mire por donde se mire, por lo que significa y por cómo la ha conseguido. A pesar de ser de una nación opaca y proputiniana (a alguno le va a estallar la cabeza con eso), aun habiendo sido criado en ese centro de formación que la UCI tiene en Suiza, su victoria apunta hacia una auténtica y necesaria internacionalización del ciclismo. Un deporte en el que no debe haber naciones fundadoras ni naciones invitadas. Como tampoco debería haber ciclistas apartados por su nacionalidad o la de su equipo. 

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