miércoles, 6 de septiembre de 2023

MÉTODO E IMPROVISACIÓN

Todo el mundo conoce a Marlon Brando, o al menos le suena su nombre.  Fue uno de los primeros actores que puso de moda el método, ese que implicaba meterse en la piel del personaje representado, estudiándolo a fondo en meses previos de preparación. Sus inicios en el Hollywood de los cincuenta estuvieron marcados por sus papeles de rebelde, teniendo un renacimiento ya durante la madurez en los años setenta, fuera del sistema de los grandes estudios. Ese último periodo dorado vino seguido de una larga y catastrófica decadencia, marcada por los contratos millonarios, los rodajes infernales y unos eternos y mal llevados problemas con el sobrepeso. Pues bien, del gran Marlon Brando se decía que no se aprendía sus diálogos y que por ello era necesario adornar todo el set de rodaje con enormes cartelones con sus frases. Era completamente incapaz o bien pasaba de hacerlo. Llegado a la madurez pareció renunciar al método, optando por soltar parrafadas delante de la cámara, a modo de monólogo introspectivo, en las que confundía su propia vida con la de sus personajes. Esas improvisaciones, sus largos monólogos de El último tango en París y Apocalypse now, fueron las que lo convirtieron en un tótem de los nuevos cines. Quizá fueron los mejores momentos de su carrera como actor. No, no me he equivocado de blog. Escribo esto porque hay que reconocer que existen otros maestros en el arte de la improvisación que superan a Marlon Brando. Gente con menos tablas quizá, pero con algo más de morro. Refinados artífices de chapuzas, buscadores de soluciones "sobre la marcha". No es difícil encontrarlos: no hace falta más que ver la Vuelta a España. 

"El horror tiene rostro..."


Pero no hagamos todavía spoiler. En la salida de Dénia no había apenas rastro de la DANA que en cuestión de horas arrasaría el centro de la península. La caravana de la Vuelta a España la ha logrado esquivar con brío, como si se encontrase en un seco ojo del huracán. La etapa discurría por el interior alicantino, con los pasos por Tollos, Benifallim, Carrasqueta, el no puntuable de Ibi y final en Xorret de Catí. Unas carreteras que prácticamente todo el pelotón profesional conoce al dedillo. Se formó una fuga apenas inquietante, pero Jumbo - Visma no permitió que cogiera diferencias. El ritmo de van Baarle endureció la carrera, asfixiando al Groupama - FDJ, el equipo del líder. En el momento de llegar al murito genuino a Lenny Martinez le fallaron las fuerzas. Acabaría perdiendo no solo el maillot de líder con Kuss, sino también la segunda posición con Soler. Seguía siendo, de todas maneras, el tercer mejor corredor de la fuga-bidón de Javalambre. 

 

El puerto de la Carrasqueta. 

Duranta la breve ascensión, Remco Evenepoel marcó el ritmo. Llegó un momento en que en cabeza quedaron tres corredores de Jumbo (Roglič, Vingegaard y Kuss), tres de UAE (Ayuso, Almeida y Soler), más la presencia aislada de Evenepoel y Mas. En el breve descenso y el llano de los últimos kilómetros, Evenepoel siguió encabezando el grupo selecto, cada vez más estirado y fragmentado. Solo le superó Roglič en la última curva, para llevarse su undécimo triunfo en la Vuelta. Posteriormente Evenepoel pondría excusas, diciendo que pensaba que todavía quedaban corredores por delante y que por ello fue batido por Roglič, que no sprintó demasiado fuerte, según sus palabras. En fin, qué paciencia... 

Parole, parole, parole...


Al día siguiente llegó lo bueno. El momento Actors Studio, oscar a la mejor improvisación. La etapa comenzó nerviosa, formándose abanicos desde la salida. El viento de costado arreciaba fuerte en el campo de Cartagena y Soudal-Quick Step y Jumbo-Visma aprovecharon la situación para poner a Ayuso y a Mas en un apuro. De todo esto hablo de oídas y a partir de cuatro tweets y alguna que otra foto: de nuevo hay que recrear los momentos de intensidad a partir de fuentes fragmentarias y escasas, pues no hubo imágenes. Pero después de la tormenta llegó la calma (buen topicazo el mío). Después de discurrir por rectas en carreteras estrechas y muy secundarias, la escapada sí que contó en esta ocasión con el beneplácito del gran grupo para disputar la victoria. Lennard Kämna parecía el más fuerte de la fuga. Pese a la oposición de Matteo Sobrero, el alemán pudo llevarse el triunfo en el final en alto de Caravaca de la Cruz. Hasta aquí todo bien. El estropicio final no ha aparecido todavía, aunque ya había sido avisado mediante unos rótulos en la retransmisión televisiva. Una vez más, se decidió contar los tiempos a falta de 2,6 kilómetros (que al final fueron un poco menos). La razón que se adujo no fue otra que una curva peligrosa, debido al barro acumulado después de una tromba de agua. Se trataba de una curva en subida, en el último kilómetro, por la que Kämna  pasó sin problemas aparentes. Una vez más solo se iba a apelar a la seguridad en el caso de los hombres de la general, ya que está visto que existen dos tipos de corredores: los que pueden arriesgar y los que deben parar pues su seguridad queda comprometida. 

Testimonio gráfico. Nunca mejor dicho.

No es Vietnam, es Calasparra. (Captura de Juanfran de la Cruz)

De nuevo iba a haber dos carreras, sin existir ningún peligro palpable para los corredores (como tampoco lo había en Montjuïc). Se aprovechó una cerca para colocar ahí el punto de cronometraje improvisado: dos conos, una juez con lápiz y papel, la moto con la cámara, un tipo con una tablet, el policía de brazos cruzados y Fernando Escartín subido a una escalera, con banderín y silbato. También una cámara de photo-finish, todo hay que decirlo. Una vez pasada esa cerca, los principales corredores se relajaron y entraron entre risas. Tampoco puedo hablar mucho de esto, porque aproveché para apagar el televisor. La imagen fue tan espantosa que incluso Carlos De Andrés tuvo a bien criticarla, aunque tras un tiempo de reflexión de dos días (vuelo convulso mediante). A cualquiera con dos dedos de frente le hubiese parecido que la opción correcta pasaba por colocar la meta para el triunfo de etapa y para los tiempos en el mismo lugar, ya fuese la meta establecida de antemano (lugar que se debería haber mantenido) u otra decidida de forma excepcional. Pero claro, están los patrocinadores y la imagen de la meta no se puede cambiar. No así el punto en el que se toman los tiempos. Como en todo, prima más la imagen que el contenido.  Y nadie parece pensar en el público que fue a ver la etapa y que debió quedarse perplejo ante el espectáculo de ver a los corredores de paseo en los dos últimos kilómetros.

La IMAGEN.


Tocaba el traslado en avión hasta Valladolid, justo en el momento de mayor incidencia de la DANA en el centro peninsular. Un avión pudo aterrizar en su destino, otro tuvo que dar media vuelta para aterrizar con más seguridad en Madrid. A medio pelotón le esperó una larga noche de trayecto en autobús, llegando a Valladolid ya de madrugada. Tampoco las circunstancias están acompañando, como sucediera en el pasado Giro.

Se llegaba de este modo a la crono decisiva de 25 kilómetros. Las cuestiones sobre el tapete eran varias: ¿Ganaría Evenepoel la etapa? ¿Se dilucidaría quién era el auténtico líder del Jumbo - Visma? y sobre todo ¿Sería capaz Evenepoel de sacar 02:22 a Kuss para hacerse con el liderato? Después de una crono por largas avenidas, a ninguna de estas cuestiones se pudo responder afirmativamente. La contrarreloj fue para Filippo Ganna, con gannas (ba-dum-tss) de resarcirse del mundial. Como en otras ocasiones, fue un placer verle rodar de esa forma, moviendo esas interminables piernas-palanca por un recorrido perfectamente adaptado a su condición de pistard. Evenepoel no pudo hacerse con el triunfo. Esta vez adujo que salió mal durante los primeros minutos (si no, habría ganado). De niño debió de ser de esos que decía que los deberes se los comía el perro: siempre tiene excusas. En cuanto a Jumbo, la crono de Vingegaard fue tirando a mala (01:02 perdido con Evenepoel), mientras que Roglič realizó una crono en su línea (20 segundos con Evenepoel). Esta vez la palidez del danés parecía un síntoma de debilidad y no de pertenencia a otra raza alienígena, como dio a entender después de su prestación cyborg de Domancy. En cuanto a los demás, Almeida y Vlasov hicieron cronos muy buenas, a Ayuso se le hizo larga, Soler luchó por conseguir el liderato, Mas demostró de nuevo que las cronos no son lo suyo y Lenny Martinez se defendió de forma bastante decente para sus características como corredor. Pero de todos ellos cabe destacar la excelente crono de Kuss, que tan solo perdió 01:13 con Evenepoel. Era difícil que perdiese más de dos minutos en una crono tan corta. 

Più parole, parole, parole...


Con líder todavía para rato, se ha afrontado hoy la llegada en la Laguna Negra. La carrera ha atravesado un magnífico paisaje de colinas arboladas, con bellos pinos albares y alguna que otra laguna. La meta se encontraba cerca de los Picos de Urbión y solo el paisaje ha ofrecido algo de espectáculo, con las cunetas de la última subida atestadas de troncos talados, al modo de Twin Peaks y su aserradero. La etapa ha sido para la fuga, una multitudinaria, en la que Jesús Herrada, Romain Grégoire, Geraint Thomas y Andreas Kron parecían los más indicados para el triunfo. La ascensión la ha marcado el ritmo de Ganna, pero el maltrecho Thomas no ha podido rematar. Sí lo ha hecho Herrada, que ha repetido con Grégoire el duelo del Limousin. El conquense siempre se las apaña para llevarse un triunfo de etapa, habiéndose convertido con el paso de los años en un seguro de victoria española en la Vuelta. Por lo que respecta al grupo, Soudal - Quick Step intentó bloquear la carrera, en el sentido literal: formaron una barrera en cabeza, para que nadie pasase, como si se tratase del bloqueo tan habitual cuando ya se ha formado la intrascendente fuga matutina (estrategia mafiosilla en la que los de Lefevere son maestros). La táctica parecía la de querer bloquear el ritmo para que Evenepoel aprovechase en los últimos metros su recién adquirido sprint en cuesta, sacando unos preciosos segunditos. También hay que decir que los demás equipos se dejaron mangonear y no opusieron ningún tipo de resistencia a la táctica marrullera de Soudal - Quick Step. Evenepoel lanzó su pancartazo, pero por detrás Kuss y Roglič le marcaron de cerca. 

Podrían ser imágenes paralelas, con Soudal-Quick Step ejerciendo de bobbies, con la diferencia actual de que nadie quería salir. 


Queda todavía por llegar lo más duro de la Vuelta. Evenepoel no ha podido marcar las diferencias deseadas en la crono, pero todavía cuenta con ventaja sobre Roglič, Vingegaard, Ayuso, Mas y todos los demás. Las diferencias son exiguas. La cuestión radica en cuánto aguantará Kuss, e incluso Soler. No hay duda de que Kuss es un excelente escalador, mejor incluso que Evenepoel, y que en condiciones normales debería aguantar el ritmo en Tourmalet, Larrau y lo que le echen. Pero también cabe recordar que cuando ejerce como gregario se suele dejar llevar en los últimos metros, cuando ha acabado ya su trabajo, o destina algunas etapas al descanso y a acumular minutadas, hecho que le permite rendir más en los momentos que se le exigen. Cabe pensar que sin estos descansos o interrupciones, teniendo que rendir en todo momento al 100%, quizá encuentre algún momento de debilidad.  Debe dejar de lado su papel habitual de gregario e imbuirse, con método si fuera necesario (es decir, creyéndoselo), en su nuevo papel de líder. 

 

Tercera victoria de Herrada.


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