sábado, 21 de mayo de 2022

LA MAGLIA ROSA Y EL ESPECTADOR (UNA CORRESPONDENCIA)

DE LA MAGLIA ROSA AL ESPECTADOR: 

“Visegrad, 6 de mayo,

Amado, te escribo unas notas apresuradas a orillas del Danubio, bajo la fortaleza de Visegrad. Espero que hayas disfrutado la visita, ha sido larga y pausada. ¿Qué te ha parecido esta curva del Danubio, dominada por la fortaleza? ¿Y estas planícies solo suavemente onduladas, interrumpidas de pronto por este ligero promontorio? Ya sabes que muchas veces me debo a intereses mercenarios (es el trabajo), pero aun así sé vestirme con las mejores galas incluso en el exilio.

Además, la estrella que tú deseabas ha ganado en Visegrad. ¿Era la que querías o eran otros los que andaban como locos con ella? Ya no lo sé, cada día dices una cosa. Pero ha dejado a todos sentados. ¡Qué animal! ¡Es el caballo loco que necesita el ciclismo actualmente! O eso dicen. Me noto eufórica porque las cosas han salido a pedir de boca. Supongo que para festejar el día habrá que beber una copa de vino de la zona. Me imagino ya las fotos de los periódicos, con el chico que todos querían (el que tú querías, ¿no era así?) vestido de rosa. El desembolso ha sido importante para traerlo casi a rastras, pero espero que haya merecido la pena.

Siempre tuya.

M.R.”


 

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DEL ESPECTADOR A LA MAGLIA ROSA: 

“Budapest, 7 de mayo.

¡Cuánto había echado de menos tus sorpresas! ¿Cómo has conseguido que un tipo tan menudo haya ganado la crono? Simon Yates, sigo con los ojos como platos. La verdad es que no presentabas muchos competidores de calidad para esta dicisplina, pero cuando he visto que los Jumbo eran superados por este apabullante tiempo de Simon Yates, ya solo he puesto mi confianza en una proeza por parte de van der Poel...tu regalo. ¡Cómo me cuidas, incluso en el extranjero! Aunque a veces no me guste cómo luces cuando te marchas a otros países, e intentas camuflarte bajo otros ropajes y otras costumbres que no son las tuyas, esta vez te lo perdono, pues me has ofrecido un despliegue de grandes avenidas, edificios historicistas y un enorme río. ¡Una ciudad imperial! El resultado ha sido...interesante, al menos inesperado. Por favor, te pido que no me des estas sorpresas tan a menudo. Mi corazón se resiente y ya soy mayor.

Tu amado observador.”


 


“Catania, 10 de mayo,

Hice bien de romper la carta que te iba a enviar hace dos días. Era fría, inútil y un tanto cínica. Me aburrió esa etapa llana en la que ni siquiera el Balaton pudo hacerme olvidar el triunfo de Cavendish. He de decir que lo consiguió por el pleno centro, sin ayuda, algo insólito. Pero no estaba de humor.  Hoy tampoco lo estoy en exceso. Debe ser este día nublado siciliano, este calor pegajoso de la isla que, al ascender, se torna pronto en frío e inestabilidad. ¿Dónde están los favoritos? Ya sabes que quiero batalla y, sin embargo, me has planteado una fuga sin sustancia, con muchos minutos de ventaja. El duelo entre Lennard Kämna y Juanpe López ha estado bien, al menos, con un paisaje que, tengo que admitir, siempre conmueve. Esta isla tiene algo especial que hace que siempre los poetas se detengan en ella, los cineastas rueden aquí sus mejores películas o los filósofos pierdan la cabeza. Tú no me hagas perderla, te lo ruego, ya fue demasiado duro el pasado año como para padecer otro semejante.

Tu amado y siempre atento espectador.

 PD: ¡Una lástima la última curva de Juanpe! Helàs!



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DE LA MAGLIA ROSA AL ESPECTADOR:

“Nápoles, 14 de mayo,

Ayer recibí tu carta. Llegan siempre con un poco de retraso, como todo en este país. Lamentablemente este país es así. Pero aquí estoy yo para ofrecértelo siempre de forma nueva, brillante y luminosa, a la par que tradicional. Te escribo desde via Partenope, con el Castel del Ovo enfrente. No podrás decirme que no te han gustado las vistas... Ni Sorrentino es capaz de sacar su ciudad con esta luz que hoy te he mostrado. Y además, ha habido espectáculo.

Antes de empezar quiero decirte una cosa: no quiero entrar de nuevo en tu juego pasivo-agresivo de todos los años. Por ello, ni siquiera voy a pararme a comentar mi paso por Messina y Scalea, porque te veo venir. Me dirás que soy aburrida, que no tengo nada que ofrecer y yo, como todos los años, te diré lo mismo de siempre: ¡no soy yo, son ellos! Y siempre tengo que dar oportunidades a todos. Y aunque no lo creas, mi esencia siempre han sido los últimos kilómetros, ese frenesí, esa pasión que te hace perder la cabeza aunque antes hayas bostezado a más no poder. No puedo estar en todo. ¡Exiges demasiado!

Sobre lo de ayer y lo de hoy, supongo que no tendrás queja. Ayer tuviste a tu Dumoulin. ¿No lo querías ver de nuevo delante, después de sus depresiones? Pues ahí ha estado, sacrificándose por su joven compañero Bouwman. ¡Si hasta te proporciono historias! Y hoy espero que te hayas reconciliado un poco conmigo y borres de la cabeza esos oscuros pensamientos que siempre propicia la presencia cercana de un volcán. Aquí también hay uno, claro está, pero la ciudad, con esa extraña mezcla de dejadez y belleza, ha sabido vivir de espaldas a la incertidumbre que genera su amenaza. Y yo, que siempre estoy atenta a los detalles, te he devuelto a los clásicos. No, no a Plinio, ¡sino a De Gendt! Cómo ha sabido jugar con todos, aprovechando el ataque a contrapié de Gabburo. Si incluso van der Poel ha quedado un poco retratado, con esa apariencia de caballo loco, atacando a destiempo y luego con Girmay soldado a rueda. Te he ofrecido un recorrido de mundial, un poco más corto, es cierto, pero enseñándote la parte bella de Nápoles (nada de Scampia ni cosas por el estilo). Mucho Sorrentino, poco Saviano. ¿Me podrás perdonar?

Siempre tuya, tu querídisima maglia rosa.”



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DEL ESPECTADOR A LA MAGLIA ROSA: 

“Pescara, 15 de mayo,

Lamento el tono del pasado día, yo creo que podré amoldarme un poco a tus ofertas. Hoy he quedado medio convencido de lo que me has propuesto. Aliviado. Siempre el Blockhaus es una subida dura, hoy más expuesta al viento, y puesto que tu carrera este año no cuenta con grandes nombres, se ha vivido igualdad y alternativas. Bardet, Landa y Carapaz han arriesgado un poco, pero no tenían piernas; me quedo antes con la sensacional ascensión de Almeida, siempre a ritmo, con la boca abierta, y con la resurrección de Hindley. Siempre había confiado en este corredor, en su tez pálida, tan acorde con estos prados que hoy me has mostrado, cubiertos de nieve en invierno o salpicados de rebaños blancos en primavera y verano. Su temporada 2021 me dejó frío y decepcionado, con lo cual ha sido una alegría verle ganar hoy ¡Y qué decir del maltrecho Pozzovivo! Hoy los viejos lo han hecho bien, y eso siempre hace recordar que uno no es tan mayor, que no pierde irremediablemente el tiempo delante del televisor, viéndote un año más.

Pero antes que nada, me quedo con Juanpe López. ¿Quién lo iba a imaginar? Ha sufrido, se ha quedado cortado en plena ascensión por el viento racheado, que le ha obligado a orillarse en exceso, poniendo casi pie a tierra, pero ha logrado recomponerse. ¡Y ha luchado! Vamos que si ha luchado...

Hoy estoy contento. Te lo agradezco. Todavía está lejana la magia de los grandes días, pero ya sabes, soy fanático y atolondrado. Cuando veo grandes exhibiciones, arqueo las cejas, pero cuando no las veo, bostezo. Es mi sino. Espero que seas capaz de darme una nueva oportunidad, pero seguiré exigiéndote el máximo (con amor).

Tu paciente observador, siempre a tus pies.”



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DE LA MAGLIA ROSA AL ESPECTADOR: 

“Jesi, 17 de mayo

¡Ahí lo tienes! ¡El sprint del año! ¿No tienes nada que decir? Te escribo deprisa, ya sabes que siempre estoy en marcha, pero espero que hayas disfrutado con la etapa y con ese duelo entre Girmay y van der Poel que te he ofrecido. ¿Has visto cómo incluso son buenos chicos? Van der Poel le ha felicitado, en vez de golpear el manillar. ¡La foto ha quedado de maravilla! Los tiempos están cambiando y ni siquiera yo me doy cuenta. Y la etapa ha sido movida: los sprinters se han descolgado, como siempre dices que te gusta, y luego incluso Carapaz ha intentado arrancar. Ya lo sé, ha sido de forma tímida, pero al final las dos grandes estrellas para esos días que tú sueles definir como anodinos han dado la cara y se han marcado un sprint de casi 400 metros, codo con codo, como los que pocas veces se ven. ¡Europa contra África! Y ha ganado África. No me digas que no te ofrezco historias. Todos los periodistas andan ahora tecleando sobre las bicicletas que les llevamos a los eritreos cuando eran nuestra colonia. ¡Y cómo Girmay se venga de su metrópoli, al igual que hizo Bikila en Roma! Una historia que rima muy bien con la de Bartali y los judíos y que, el tiempo dirá, acabará sumándose a mi largo anecdotario. 

Tu amadísima y fiel maglia rosa.

PD: lástima el tapón. Nota mental: botellas descorchadas a partir de ahora.”


 

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DEL ESPECTADOR A LA MAGLIA ROSA: 

“Génova, 19 de mayo

Lamento escribirte con este tono sombrío, pero estoy perdiendo la paciencia. Siempre dices lo mismo, solo escribes cuando tienes que sacar algo de pecho. Pero cuando vienen mal dadas, cuando ofreces un tostón sin aliciente, te escabulles, te refugias en la historia, en que siempre ha sido así, y yo no estoy para escuchar más estas excusas. Tendrás que decidirte: si prefieres la historia o al espectador. ¡Algo tienes que hacer! ¡Reacciona! En realidad, sabes quién te conviene, quién te ama, quién ha estado siempre ahí. Pero me ignoras de forma sistemática, escamoteas toda posibilidad de diálogo. Y estoy cansado.

Esto de hoy, ¿qué ha sido? ¡Un bodrio soporífero! Peor que una peli de tarde. Sí, ya lo sé, Génova no es Florencia. Es difícil ocultar en tantas tomas de helicóptero sus polígonos, su puerto industrial, la herrumbre de sus autopistas sobreelevadas, esa monstruosidad que a modo de frontera separa la antigua Dominante, con su vicoli llenos de ratas y palacios decadentes, del puerto viejo, convertido en un pequeño parque temático de provincias. Hasta el momento no me quejaba, los ganadores de etapa habían sido todos de calidad.  Pero...¿Oldani? Ayer ganó Dainese, en un sprint monumental sin nada que reprochar: pura fuerza. Un toro padovano para acabar con una etapa aburrida. Pero hoy el pelotón se lo ha tomado con mucha desgana, permitiendo que Kelderman vuelva a colocarse casi delante, sin aprovechar el terreno quebrado. Oldani, Leemreize y Rota. Sí, ya sé, se notaba la impaciencia por la tardanza de un triunfo  italiano, pero...el que está perdiendo la paciencia soy yo.

Prefiero no continuar. No quiero enfadarme ni que tomes esta carta como un mensaje agresivo. Simplemente estoy cansado, aburrido, insatisfecho. Quedan pocos días. Espero que la próxima vez tengamos algo realmente de lo que hablar.

Tu observador, cada día más impaciente.”



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DE LA MAGLIA ROSA AL ESPECTADOR: 

“Cuneo, 21 de mayo

Te engañaría si te dijera que estoy dolida, pues no son nuevos esos reproches que me lanzabas en la pasada carta, como dardos envenenados. Lo hago lo mejor que puedo, eres consciente de mis esfuerzos. Y creo que no es necesario que te repita que ellos son los que montan el espectáculo. Hoy lo ha habido. ¿No te ha parecido interesante? Esos cuatro trotones le han planteado un problema serio al pelotón, Maestri, Eenkhoorn, van den Berg y Prodhomme. No muy conocidos, pero valientes. ¿No has visto como el Groupama iba perdiendo unidades por detrás, como cartas que salen volando en un castillo de naipes? ¡Y qué me dices de los relevos de Eenkhoorn! No mientas, te ha gustado.

Y lamento mucho lo de Bardet. Ya sé que en cuestión de favoritos, la cosa no anda bien, pero quizá te agrade que tu Landa tenga en camino más allanado. ¿Porque eres landista, no es así? Nunca me aclaro.

Aun queda lo mejor y espero que estés atento a partir de ahora. Te prometo ser buena. Te ofreceré tesoros. Pero tienes que seguir atento, por favor. No apagues la tele. Deja un rato el móvil. Haz la siesta, pero solo el tiempo justo para conectar en los kilómetros decisivos. Yo soy siempre así, agradecida y un poco orgullosa, pero a diferencia de esa estirada francesa, siempre de moda, con tanta publicidad detrás, yo siempre soy un poco más humilde, más popular...Sé arremangarme los brazos. Y sé ceder. Por desgracia, Pogacar prefiere todavía la publicidad de esa maldita francesa. ¿Qué puedo hacer? Tendré que convencerle, sacar mis mejores argumentos y virtudes, incluso recurrir al deshonroso dinero. Pero tendrá que ser otro año. Como Anna Magnani, sé arrastrarme por el fango sin perder un ápice de mi dignidad. Tú mientras tanto, ¿me prometes que seguirás ahí? Hazlo por mí, solo una vez más.

Yo estaré siempre ahí para ti.

Siempre tuya, tu adorada rosa."



 

(continuará...)

2 comentarios:

  1. Original y entretenida crónica de lo que está siendo un Giro muy difícil de asimilar (siempre se ha dicho que en épocas de crisis es donde resurge el ingenio!). Lo de mañana, con el etapón del 94 en la memoria se nos va a hacer duro... que si falta mucho a meta, que si no tienen compañeros, que si no voy a llevarte en carroza para que me esprintes al final.

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    1. Algunos de esos argumentos van a salir en las próximas "cartas". En realidad las opciones eran escribir una crónica "normal", y amargarme con ello el día, o al menos divertirme escribiendo.

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