miércoles, 25 de mayo de 2022

LA MAGLIA ROSA Y EL ESPECTADOR (UNA CORRESPONDENCIA, SEGUNDA PARTE)

 DEL ESPECTADOR A LA MAGLIA ROSA

Turín, 21 de mayo

¡Te estoy muy agradecido! Cuando no esperaba nada, absolutamente nada de nada, te sacas de la manga una etapa interesantísima. Mi ánimo cabizbajo ha cambiado de pronto, gracias a ti. ¡Solo era necesario un simple gesto! Todavía tengo el corazón acelerado e incluso me tiembla el pulso al escribir estas líneas, lo que se debe no solo al calor sofocante de este verano adelantado, sino también al estado de excitación en el que me encuentro al escribirte. Voy a ser breve, porque las ideas y las palabras se me apelotonan en la cabeza y la mano es incapaz de seguir la velocidad de mis pensamientos. ¿Por dónde empezar? ¡Hace demasiado calor como para pensar con claridad y recordar todos los movimientos! Ni siquiera en estas colinas ombrosas que rodean la ciudad, terreno en el que poder saltar de árbol en árbol como un barón rampante de cuento, se puede uno refrescar. El polen y el polvo se mezclan, creando una turbia neblina en estas rampas atestadas de gente. Empezaré por lo más brillante del día: la acción de Bora. No esperaba que fuese Bora el equipo que acelerase con tanto descaro el ritmo, y mucho menos tan pronto. ¡Quedaba todavía el último enlazado de Superga y Maddalena! Tampoco entraba en mis planes que Wilco Kelderman se sacrificase de esa forma. Y por supuesto no esperaba ese toma y daca constante entre los favoritos, con Hindley y Carapaz destacados, pero muy igualados, Landa sufriendo, Almeida aguantando, Juanpe López defendiéndose con más orgullo que fuerza y Nibali renaciendo, aunque lo diésemos por muerto. 

Ni siquiera me ha molestado que Simon Yates, con su tendencia al yo-yó, haya sido el que finalmente se haya llevado el gato al agua, soltando su hachazo en el momento justo al coronar la subida de Parco del Nobile. Era el menos vigilado, había ahorrado fuerzas y es un experto en saber aprovechar el momento.  Tendrán razón aquellos que dicen que las etapas cortas regalan espectáculo, aunque me cueste admitirlo: al final, los ciclistas son los que ponen las piernas y hoy querían llegar pronto. ¡Por fin! Ha valido la pena esperar. ¿Me vas a regalar más días así?

Muchos besos desde Turín. Tu querido admirador. 

 




Cogne, 22 de mayo

¿Qué ha sido esto de hoy? ¿Cómo debo interpretarlo? Tengo la impresión de estar perdiendo años de vida a tu lado. Entiendo que ayer hubo mucha lucha de forma inesperada y hoy el desgaste se ha notado, pero...¿era necesario hacerme caer de tan alto? El pelotón no parecía ascender hoy a una cima, sino enterrarse directamente en un cráter, en un hoyo sin salida. A mi decepción se une la sensación de haber tirado un domingo entero a la basura. ¿Qué les digo a las visitas, que tuvieron que tragarse por mi culpa tu maldita etapa entre bostezos? ¡Quedé como un idiota defendiéndote! No hay por dónde cogerte...

Estarás contenta... Sí, tienes a Ciccone, a tu italiano. Atacando de lejos y merendándose como si nada un eterno puerto pedaleable. Por detrás no se movió ni una mosca. ¡Qué me importa ver a Giulio Ciccone peleando la etapa con Buitrago y marchándose desde lejos, a falta casi de 30 kilómetros a meta! Ciccone no es Coppi. No se jugaban nada, eran dos peones alejados. Me dirás que hubo torrentes que caían de las mismas montañas, el Dora Baltea, las fortalezas (como sacadas de una novela de Buzzati), esos paisajes tan bellos tras los que te escondes. Pero eso no me sirve. ¡Deja de disfrazarte! ¿Dónde está tu antigua magia, al menos la de la última semana? ¡Muéstrame algo, te lo suplico! En realidad sabes que nadie te quiere ni te necesita tanto como yo. 

PD: No sé qué puedo hacer para que cambies, todo son ideas (bonificaciones, invitaciones, eleminaciones), pero quizá debas ser tú la que tomes la iniciativa. 




 

DE LA MAGLIA ROSA AL ESPECTADOR: 

Aprica, 24 de mayo

Querido amigo, espero que tu ánimo se haya tranquilizado un poco tras el día de reposo. Te noté excesivamente alterado en tu última carta. Lo que sucede es que te lo tomas todo a la tremenda, como si fuera algo personal. Debes pensar que, en el fondo, a pesar de todas las virtudes que me atribuyes, solo soy un divertimento. Un divertimento frívolo. Me divierto muchas veces hilvanando historias, enlanzando anécdotas, esas que muchos periodistas acaban convirtiendo en cuentecillos de tanto triturarlas y repetirlas. Pues bien, eso en realidad soy: una distracción, un cúmulo de historias. ¡No me tomes demasiado en serio!

Precisamente aquí, en Aprica, se han gestado muchas de esas historias que te gusta recordar. Sí, aquí, en esta estación invernal setentera, con sus balcones llenos de flores y sus tejados de madera. Recuerdo ver pasar en esta misma línea de meta a Pantani, a Tonkov y a Gotti, a Scarponi... Nombres del pasado. Y ahora, aunque te pese, tendrás que añadir el de Jan Hirt a la larga lista. Ya sé que es un nombre sin excesivo glamour y que lo relacionarás, a buen seguro, con los rendimientos supersónicos de su equipo (¿qué llevará la Bière des Amis?). Pero ha sido el mejor y detrás, aunque te parezca que han ido parados, no ha sido así. 

Bien es cierto que el Mortirolo se lo han tomado a la ligera. Con el paso de los años lo han domesticado. Subían por la vertiente "fácil", todo hay que decirlo. La fuga delantera era interesante, con gente como Valverde, Kämna, Bouwan, Arensman, Carthy, Hirt... El holandés de DSM contaba con Hamilton como gregario y ha sido él el que ha marcado el ritmo (no lo iba a hacer Valverde, a su edad...). A buen seguro que no esperabas la trampa del Teglio. A muchos ciclistas creo que también les ha pillado por sorpresa. La Valtellina es como un tapiz verde, enmarcado por escarpadas montañas, que parecen levantarse a ambos lados como muros. Una de esas paredes es el Valico di Santa Cristina. No lo he transitado muchas veces, pero seguro que te acordarás cómo se le atragantó a Indurain. Me dirás que no es lo mismo, lo sé, pero hoy se le ha atragantado a Kämna, que ha empezado demasiado fuerte, con esa temeridad un poco orgullosa y prepotente que tienen los alemanes. Aunque Arensman le ha sobrepasado, también a él se le ha atragantado... Finalmente ha sido Hirt el que más ha resistido. 

Por detrás ha habido ritmo. Dicen que Hindley, Carapaz y Landa han batido el record de Pantani. Claro está que en 1994 Pantani venía de una etapa más dura y de un ataque largo, pero batir un record de Pantani, aunque sea por poco, no es moco de pavo. Sabes bien lo que significa. Almeida ha perdido tiempo, pero se ha defendido muy bien. Así pues, no creo que tengas queja. Y si la tienes es que no sabes apreciar los pequeños detalles: las estrechas rampas entre casas (apenas un pasillo) en el paso de Teglio, el bosque húmedo en el breve descenso desde coronar el Valico hasta enlazar por la carretera de Aprica...

Tienes que descansar. ¿No has visto que cada día me parezco más a un relajante documental de naturaleza y viajes? ¡Disfruta! Olvídate de los grandes nombres, de la maldita historia, de las batallitas. ¡Has de vivir más a la ligera, sin la congoja de los grandes días! No esperes nada, las cosas vendrán por sí solas.  Te lo dice tu maglia, que te quiere. 

 PD: Ahora mismo estoy tomándome un helado en un pequeño bar que se encuentra en la misma línea de meta. Me lo estoy tomando a tu salud. Un sabroso helado de nocciole e cioccolatto. Según me han contado, hace un tiempo por aquí pasó uno de esos escritores domingueros que tiene un blog sobre ciclismo. Mándale saludos. 





Lavarone, 25 de mayo.

Sigues en silencio. Para que veas que no te guardo rencor por tus cartas encendidas y por tus cambios de humor drásticos del pasado fin de semana, te escribo otra carta. Lo hago desde Lavarone. ¿No me negarás que no te ha gustado el ascenso al Menador? Una carretera esculpida en la roca, estrecha como una escalera, como un sendero de mulas...¿No te imaginas a ejércitos desplazándose torpemente por estas laderas, cargando las ametralladoras a lomos de animales? ¿O a poetas y a locos atravesando estas rutas, con botas desgastadas y sucias, en plena ventisca de nieve? Hoy te he ofrecido un panorama digno de una novela de Mitteleuropa y en sacrificio nada menos que te he entregado a van der Poel: espero que sepas agradecérmelo.

Ese holandés es un tipo testarudo y alocado. Se ha lanzado sobre la última subida como si lo hiciera sobre un plato de spaghetti después de un ayuno prolongado. Cuando la carretera se ha puesto auténticamente difícil lo ha empezado a pasar mal. ¡Le ha cambiado de pronto la expresión, le he llegado el empacho! Todas sus actuaciones diarias están siendo un buen entretenimiento, a fin de cuentas. ¿Y qué me dices de Leemreize? ¿No crees que es el descubrimiento de este año? Siempre desvelo alguna sorpresa y este espigado y famélico holandés con cara de niño lo está dando todo. Lamentablemente parece estar tocado por la mala suerte de los de su patria. ¡La misma que van Gogh! Y también ha sido excepcional el empeño de Carthy y de Hirt. Sobre todo del británico. Se está curtiendo en estas cuestas, siempre en cabeza. Hoy el checo en algún momento ha puesto en peligro el liderato, aunque después su distancia se haya volatilizado. ¡Te he dado argumentos para seguir viéndome más tiempo!

Finalmente ha sido Buitrago el que se ha llevado el triunfo. Al igual que ayer, no ha sido el primero en atacar el que se ha llevado la victoria, tampoco el que le ha sobrepasado. Ha sido finalmente el tercero en liza el que ha ganado. Ayer fueron Kämna, Arensman y Hirt; hoy van der Poel, Leemreize y Buitrago. Parece un patrón (te ofrezco incluso esas sutiles simetrías). Lamento que por detrás haya tanta igualdad... Hoy a Landa se le ha visto bastante empeño, aunque las fuerzas sean bastante parejas con respecto a Carapaz y Hindley. Una vez distanciado Almeida, Carapaz puede jugar a especular. Hindley, por su parte, ha estado demasiado aletargado: quizá luego necesite tiempo.¡Todo se decidirá en Verona!

Espero que al llegar a la ciudad de los enamorados al menos te reconcilies conmigo. Sé que en otras ocasiones he  dado una impresión mejor, más vital, más divertida. Yo era la hermana loca de las grandes vueltas: pero mi sorprendente desquiciamiento se ha acabado convertiendo en una serie de tics y defectos predecibles. Perdóname por no estar a la altura de tus expectativas. 

Tu querida maglia. 

PD: Me gustaría pensar que, cuando acabe el año o incluso cuando pase el tiempo, nos arrepentiremos de todos estos reproches y veremos este año con algo de nostalgia.

 


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