martes, 11 de febrero de 2025

UN CASO HISTÓRICO: EL TROFEO LUIS PUIG Y LA VUELTA A LA COMUNIDAD VALENCIANA 1987

A propósito de los acontecimientos recientes, no está demás echar la vista atrás, hasta 1987, a la Volta a la Comunitat Valenciana de aquella edición, para ver que los tiempos, aunque parezca mentira, no han cambiado tanto. 

El día 17 de febrero de 1987 comenzaba la Volta a la Comunitat Valenciana en Benidorm, con una contrarreloj individual. Dos días antes, en el Trofeo Luis Puig, prueba de un día que servía a modo de previa de la ronda por etapas valenciana, Vicente Mata, modesto corredor del equipo valenciano Colchón CR, había sido embestido por un coche que entró en la ruta de los ciclistas. En la edición del 17 de febrero de 1987 de El País, el periodista Arturo Caudet narra así lo sucedido: 


“Vicente Mata fue arrollado por un Renault-5 que tomó la carretera por la que circulaba la prueba tras salir de un camino que enlaza, a través de un atajo, Altea la Vieja con Callosa de Ensarriá. Mata iba a gran velocidad y cuesta abajo. El motorista de la Guardia Civil que cerraba la carrera también colisionó con el turismo y resultó con lesiones de carácter leve. Mata, momentos antes de sufrir el accidente, iba en la cola del pelotón y quedó descolgado al tener una avería en su bicicleta. Tras la asistencia del coche de su equipo, continuó, ya muy distanciado del resto de los corredores. Era la tercera vuelta que se daba al circuito, y se encontraba a la altura del término municipal de Callosa de Ensarriá.”


Sobre las medidas de seguridad de la prueba, en el mismo diario se especifica: 


“El subsector de la Guardia Civil de Alicante, que cubrió el servicio de seguridad de la carrera, no ha querido facilitar datos del atestado por ser materia judicial, pero manifestó a través de su capitán que se tomaron las precauciones necesarias para evitar accidentes. Éstas consistieron en un motorista abriendo la carrera, a bastante distancia del primer corredor; otro, más rezagado, inmediatamente delante de los corredores, y un tercero cerrando carrera.”


Se tendría conocimiento del fallecimiento del corredor durante la tarde del día 17, pero ya por la mañana de ese mismo día se temía lo peor. "Un sentimiento de profunda tristeza planeaba sobre este inicio de la Vuelta a la Comunidad Valenciana. Al reciente fallecimiento de nuestro compañero Antoni Vallugera vinieron a unirse las contradictorias noticias sobre el estado del joven corredor del CR, Vicente Mata", se comenta al inicio del resumen diario de rtve (se pueden ver todos los resúmenes en el canal de Youtube de Pablo MJ).


Julio Dalmases, en El Mundo Deportivo, parece tomarse a guasa la situación: 

"La jornada estuvo plagada de incidentes y anécdotas, más dignos da una esperpéntica película de Fellini que de una carrera ciclista. Desde el caos de los coches de equipo por regresar al punto de partida de la contrarreloj, hasta el ataque epiléptico de un policía en plena meta, pasando por el error de los árbitros al contabilizar los tiempos de los ciclistas y con el ingrediente del vehículo del juez árbitro hecho fosfatina antes de comenzar la carrera al resultar embestido por el coche que conducía una señora que se había saltado un “stop”. 

Pero el incidente más rocambolesco fue la divulgación de la noticia del fallecimiento del corredor del "CR", Vicente Mata, cuando éste seguía internado en la clínica Insalud de Alicante en gravísimo estado de coma estacionario. Su equipo “CR”, el más modesto del pelotón español y con sede en Játiva, optó por no tomar la salida en el prólogo con lo que no estará presente en la Vuelta que más le puede interesar para hacer publicidad.

Posteriormente, se desmintió la noticia, pero la retirada de “CR” ya se había consumado y los “colchoneros” no tomaron la salida, al igual que el francés del “Fagor”, Jean René Bernaudeau, que permaneció en el hotel, aquejado de un ataque gripal."

A la mañana siguiente se confirmaría el fallecimiento y el artículo de Javier Dalmases quedaría vergonzosamente obsoleto, teniendo que recoger cable ante la desastrosa noticia. De esta manera, en su siguiente artículo hablará de una “desgraciada lección”, que ponía “plomo en las piernas” del pelotón. En el resumen de rtve, Toni Lara comentaba que estaba convencido de que “Vicente ganará etapas entre las nubes, será rey de la montaña en las escaladas hacia el sol, y vencerá las grandes vueltas a las estrellas teniendo por compañeros de equipo a los ángeles y por director deportivo a un arcángel que le sabrá conducir a la eterna felicidad”. Eran otros tiempos, al menos en este tipo de homenajes. 

Homenaje a Vicente Mata, en el resumen de la segunda etapa.


De esta manera, la carrera había partido de Benidorm con trece de los catorce equipos previstos, dada la no partida lógica del Colchón CR. Según relata Javier Dalmases, había habido cierto desconcierto, puesto que se había cambiado a última hora el número de corredores por equipo, para paliar la ausencia del equipo valenciano. Dice Dalmases: “en principio tenían que ser nueve (los corredores por equipo), pero después se aumentaron a diez, cosa que pudieron rectificar los españoles. Pero los extranjeros ya no tuvieron tiempo, y tomaron parte con un ciclista menos.”

Los equipos participantes eran: Carrera, PDM, Kas, Seat-Orbea, Teka, BH, Reynolds - Seur, Fagor, Dormilón, Kelme, Toshiba y Zahor. Algunas de las estrellas participantes eran Stephen Roche (Carrera), Sean Kelly (Kas) y Greg LeMond (Toshiba) entre los extranjeros, y Pedro Delgado (PDM), Marino Lejarreta (Seat - Orbea), Peio Ruiz Cabestany (Seat - Orbea), Julián Gorospe (Reynolds), Álvaro Pino (BH), Jesús Blanco Villar (Teka) y Pedro Muñoz (Fagor), entre los españoles. 





Roche, LeMond, Gorospe, Pino, Kelly, algunos de los favoritos.

La primera etapa, crono en Benidorm de 6,7 kilómetros, se resolvió con victoria de Jean-Luc Vandenbroucke (Kas), y la segunda etapa, con meta en Elche, con victoria de Mathieu Hermans (Seat - Orbea).

Mathieu Hermans gana la segunda etapa en Elche. 

Jean-Luc Vandenbroucke, ganador en la corta crono inicial de Benidorm.

La situación cambió en la tercera etapa, a disputarse entre Elche y Alzira. Dejemos que sea Javier Dalmases el que nos cuente lo sucedido en su crónica de El Mundo Deportivo del 19 de febrero: 

"La climatología se encargó de animar una larga jornada (211 kilómetros entre Elche y Alzira) que se presentaba aburrida a más no poder. Pero he aquí que la lluvia que nos acompañó desde la salida se tornó en copiosa nevada. El pelotón de la vuelta levantina formado por grandes figuras internacionales que acuden aquí bajo el supuesto de que van a poder rodar bajo el sol y unas cálidas temperaturas, comenzó a estremecerse. Ante la amenaza de abandonos en masa que se cernía sobre la organización, ésta optó por neutralizar la carrera. Evidentemente, en una París-Niza, por ejemplo, estamos acostumbrados a ver nevadas tres veces más intensas y ni se habla de neutralización, pero no podemos olvidar que mientras la prueba francesa es una carrera que las figuras van a ganar, además de preparar la Milán-San Remo, la Vuelta a la Comunidad Valenciana es simplemente, para ellos, una prueba de preparación. Y un Lemond no va a arriesgar su actuación en las grandes “clásicas” de primavera por coger una gripe monumental en su período de entrenamiento. 

Tras la decisión de los organizadores de neutralizar la carrera, se hizo el caos. Vimos cosas nunca vistas. Árbitros saltarse el reglamento a la torera. Corredores que abandonaban y a sus directores pretendiendo que les dejaran salir mañana como si tal cosa. A un escapado que se niega a continuar su fuga asqueado por todo lo que sucede. En fin, sigan leyendo, sigan. Y les ruego que den crédito a lo que les digo aunque les cueste muchísimo trabajo. Les prometo que es la pura realidad.

Cuando la carrera fue neutralizada, sobre el kilómetro 90, Imanol Murga marchaba escapado desde el 76, con una máxima ventaja de 2.40 m. Lógicamente, también él fue obligado a detenerse y todos, en el interior de los vehículos, recorrieron 50 kilómetros de etapa bajo una copiosísima nevada que comenzaba a cuajar en el piso. Llegados a Xátiva se procedió a sostener una reunión de directores deportivos ante el hecho de que los equipos extranjeros “P.D.M.” y “Toshiba” eran partidarios de que la etapa no continuara puesto que no tenían ropa seca de repuesto para sus corredores. Pero los directores españoles estaban decididos a recomenzar y convencieron a sus ciclistas, a medias, para que tomaran la salida. Los árbitros “soltaron” a Imanol Murga a quien se le concedía la ventaja de 2.40 m. cuando se produjo la neutralización. Pero he aquí que cuando tocó salir al pelotón, los corredores todavía estaban discutiendo. Greg Lemond, ya vestido “de calle” se quedó definitivamente en Xátiva y también la totalidad del “P.D.M.” de Pedro Delgado y todo el “Toshiba” con excepción de Haflinger y Winterberg que eran los únicos que disponían de ropa seca. 

Cuando el pelotón decidió salir, a instancias de la presión de los directores españoles, Murga llevaba ya una ventaja de 8.40 m. y la meta se hallaba a menos de 70 kilómetros. Entonces incomprensiblemente, los árbitros obligaron a Murga a detenerse los 6 minutos que había ganado mientras el pelotón discutía. Algo que está completamente fuera del reglamento. El corredor alavés, en vista de la orden que recibía se negó a tomar la salida cuando se la daban y se dejó alcanzar por el grupo en el lugar en que se encontraba. De esta “espontánea” manera terminaba su aventura bajo la nieve."

Juanjo García del Moral, periodista de El País, relata lo sucedido de forma más aséptica: 

"La lluvia acompañó a los corredores desde el inicio, pero en las inmediaciones de Villena se tornó en granizo primero y en nieve después. La nevada era tan intensa que los jueces decidieron neutralizar la carrera en el kilómetro 92, cerca de Bocairent, para reanudarla, en principio, en Ontinyent. Sin embargo, la nevada no amainó y se decidió prolongar la neutralización hasta Xátiva. Con ello quedaban eliminados 50 de los 211 kilómetros de que constaba la etapa, la más larga de la Vuelta.


Antes de la neutralización, Imanol Murga, del Seat-Orbea, había escapado del pelotón y en el momento en que la carrera fue parada llevaba una ventaja de 2.40 minutos. La carrera se reanudó con la oposición de los equipos PDM y Look-Toshiba. Sólo dos corredores del último, pero no su jefe de fila, Greg Lemond, siguieron. El resto se quedó en Xátiva."


Volviendo a la narración de Javier Dalmases, resulta curioso (o no) conocer qué sucedió después: "El resto ya fue convencional. Paquete unido hasta la llegada, y allí en un largo y limpio “sprint”, Hermans batió a Alfonso Gutiérrez. Detrás, en el pelotón que entró, no había ni un solo “P.D.M.” y solamente dos “Toshibas”, pero lo grande del caso es que ambos directores sostuvieron posteriormente una reunión con organización y jueces porque Koechli y Gisbert [sic, Gisbers] pretendían que sus muchachos que se retiraron en Xátiva pudieran tomar la salida mañana como si tal cosa." 

Aquí puede verse el resumen de la etapa, en el que no se hace referencia al abandono de esos equipos (aunque sí se lanza una pulla inicial a los equipos extranjeros, en la línea habitual de los medios de comunicación españoles de la época). 

Al escapado Imanol Murga le empieza a nevar. 

A la hora de retomar la carrera, los corredores se quedan discutiendo. 

Hermans, ganador de la etapa. Apenas con luz. 

Coches y motos con las luces encendidas al cruzar el Xúquer. 


Al día siguiente las aguas no se habían calmado, como era de esperar. Se disputaba una etapa de doble sector: una etapa corta, de 133 kilómetros, entre Alzira y Torrent, seguida por la tarde de una crono de 12,8 kilómetros en Torrent, que decidiría la carrera. El trazado de esta crono fue peligroso. "Muy sinuoso", dicen en el resumen de rtve, donde también se puede ver a Marino Lejerreta en la ambulancia tras impactar con un espectador, sin consecuencias graves para ambos. Al final del resumen de esta etapa se puede ver al organizador de la prueba, visiblemente enojado. "Los hemos expulsado de carrera, porque no los queremos. Y como la carrera, a pesar de que algún medio de información dice que no es seria, es muy seria, lo ha demostrado, que no ha mirado si no era Sean Kelly, mejor dicho, si era Greg Lemond, si era Rüttimann, si era Pedro Delgado, cayeron en una falta los directores y, para mí, Greg Lemond, que pudo más que ninguno...y ahí está, fueron expulsados de carrera."

Marino Lejarreta es retirado en ambulancia tras impactar con un espectador.

Peio Ruiz Cabestany durante la crono, ganada por Roche.

El organizador se despacha a gusto contra algunos equipos y ciclistas. 

Las siguientes etapas fueron para Juan Martín Zapatero (BH), en Alcalá de Xivert, Mathieu Hermans (Seat - Orbea) La Vall d’Uixó y finalmente para Sean Kelly (Kas), en un circuito urbano por el centro de València. La general final quedaba de esta manera: 1º Stephen Roche (Carrera), 2º Jesús Blanco Villar (Teka) a 23’’, 3º Julián Gorospe (Reynolds) a 35’’, 4º Luc Suykerbuyk (Dormilón) a 39’’ y 5º Sean Kelly (Kas) a 40’’. 

En el resumen de la etapa, Emilio Tamargo comenta: "De los 120 corredores inscritos en principio en la Vuelta ciclista a la Comunidad Valenciana en esta edición del 87, tan solo 79 han finalizado el kilometraje total. Las causas de que el pelotón, que hoy bajo un sol espléndido y una temperatura más que agradable terminó ante el ayuntamiento valenciano la ronda, hay que buscarlas en la escasa profesionalidad mostrada por los extranjeros del Toshiba y del PDM, y en la desgracia que se ha cebado en el conjunto español del Colchón CR." Eran años de periquismo, y se omite que el líder del PDM era precisamente Pedro Delgado.

Kelly consigue la última etapa y su compatriota Roche la general. 


Más interesantes resultan las palabras de Javier Dalmases en El Mundo Deportivo al hacer balance de una semana complicada de carrera, poniendo el foco además en algunos fallos organizativos preocupantes en la contrarreloj de Torrent: 

"De todo lo vivido estos días me atrevería a censurar de forma radical la falta de seguridad con que los ciclistas disputaron la contrarreloj de Torrent. Es algo inadmisible que, veinticuatro horas después de que enterraran a uno de ellos, se les consintiera participar en una etapa en solitario sin protección alguna: ni de policía abriendo camino ni de coche de equipo que advirtiera al público de la presencia del ciclista. Esto a través de una estrecha ruta en cuyas aceras, sin valla alguna, se agolpaba la gente y con el tráfico abierto en las calles perpendiculares. Eso, repito, es lo único que pienso merece una visceral censura. Lo demás, los problemas de plantes, huelgas, retiradas, etc. es algo, pienso, de lo que tanto se puede culpar a los corredores que quisieron “jugar” con la Vuelta como a los propios árbitros que en un momento dado utilizaron el reglamento a su antojo. Lo que no se puede olvidar es el desfase que existe entre dos conceptos muy importantes: por un lado, la Vuelta a la Comunidad Valenciana es una carrera de entrenamiento para todos, pero sobre todo para las grandes figuras del ciclismo mundial que afrontan la temporada pensando en el Tour de Francia (que es precisamente quien las hace figuras); por el otro lado resulta de lo más razonable que para la organización de la carrera esta sea el más importante acontecimiento ciclista que se celebra a lo largo de la temporada. En adelante los organizadores deben saber los riesgos en que incurren al contratar a grandes figuras que saben que vendrán a entrenarse. Pero también los profesionales de élite están obligados a respetar las carreras por insignificantes que les parezcan. Si aceptan participar en ellas están obligados a comportarse con la seriedad que implica su prestigio." 

En conclusión, eran otros tiempos y no lo eran, en estas continuidades que se dan en la historia, sazonadas por pequeños cambios. La actitud de los periodistas, en especial los televisivos, era muy crítica con los extranjeros, al igual que una fatídica muerte, como la de Vicente Mata, había pasado desapercibida en los medios especializados en ciclismo más allá de los Pirineos. En las palabras de estos periodistas de la televisión se intuye la censura a la falta de implicación, por no decir otra cosa, de los ciclistas que no se exponen al peligro. Al mismo tiempo, en este juego de intereses cruzados que es el deporte profesional, las palabras finales de Dalmases meten el dedo en la llaga de la cuestión principal: el nivel de la prueba determina el grado de implicación de los grandes ciclistas en la misma. Además, para que no se olvidara el tema, hacía hincapié en los fallos flagrantes de seguridad, que, como vemos, no son únicamente cosa del pasado. 

Capturas y vídeos extraídos del canal de YouTube de Pablo MJ. Artículos sacados de la hemeroteca de El Mundo Deportivo y de El País.


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