lunes, 6 de septiembre de 2021

UN PASEO POR ESPAÑA

La anterior crónica concluía con una sensación de pesadez y aburrimiento que solo la llegada de las etapas asturianas y gallegas ha podido disipar. Dicen que lo bueno se hace esperar, pero nadie dijo que para ver algo de ciclismo del bueno habría que desesperar al espectador. ¿Qué hubiera sido de esta Vuelta sin la ambición de Roglič o sin los deseos de autoinmolación de Bernal? Estos ciclistas han engrandecido una carrera que estaba teniendo un desarrollo muy pobre. Roglič se ha dado su tercer paseo consecutivo por España. Ha llegado a Santiago de una pieza, se ha tomado una cerveza y con su habitual estoicismo ha dejado que le colocasen encima algo así como un disfraz. Con el mismo escéptico asombro que mostraban los viajeros europeos del XIX ante las historias de gitanos y meigas que oían en su camino, Roglič ha contemplado desde la distancia los dramas habituales de Movistar, un equipo en franca descomposición, tragicómico, sin ninguna idea clara más allá de un conservadurismo convertido en seña identitaria. Aparte del segundo puesto de Mas, conseguido con poco aire de cara, el caso de López ha dejado a todos perplejos, incluso a los propios compañeros de equipo. La deriva patriotera y conspiranoica de un abandono poco profesional ha acabado acaparando más atención de la merecida. 

Otra ronda.

 

Los Lagos de Covadonga marcaron un cambio de tendencia y situaron de nuevo al frente de la clasificación a los corredores más fuertes. Al final ni Eiking ni Guillaume Martin han aguantado: no ha habido giovanettis. La etapa de los Lagos ha acabado convirtiéndose en la mejor de esta edición, restituyendo ya de forma completa el brillo que esta ascensión había perdido con el paso de los años, erosionada por victorias de algún sprinter reconvertido y de corredores anónimos frente al mejor día de sus vidas. La etapa se lo debió prácticamente todo al ímpetu de Bernal, en alianza estrecha con la lucidez de Roglič, perfeccionada con los años. En la Collada Llomena, a falta de 60 km. para meta, Bernal lanzaba su ataque a todo o nada y Roglič se iba a su rueda. López lo intentó, pero no pudo, viniendo a continuación un descenso muy arriesgado por parte del dúo cabecero. Por vez primera en mucho tiempo un puerto de paso asturiano servía para marcar diferencias.

Banzai!

 

En persecución de los dos de delante se organizaron por detrás Bahrain, Bora e incluso Cofidis. Todos menos Movistar. Al final la jugada no les salió mal del todo, debido al colapso de Bernal en los Lagos, pero demostraron que no corrían con la intención de ganar la carrera y sí con la hacer podium con Mas y López. Al mismo tiempo, la retransmisión de la etapa dejó claras varias cosas: la imparcialidad y servidumbre de algunos comentaristas del ente público hacia Movistar, y el wishful thinking entorno a una posible debilidad de Roglič, que no llegó a manifestarse en ningún momento. Al parecer, Roglič iba muerto, pero acabó regalando al aficionado uno de sus mejores días, ganando con un minuto y medio de ventaja, que quizá no fue más debido al sprint que se marcaron por detrás por las bonificaciones, con Kuss implicado a fondo. 

Tras Quintana y Pinot, Roglic continúa el reflote de los Lagos.


El final del Gamoniteiro del día siguiente poco decidió, como viene sucediendo cuando la dureza máxima se coloca al final. El Gamoniteiro era la sorpresa preparada este año por la organización en su delirante carrera por descubrir la nueva subida definitiva. Para ello ha sido necesario crear una explanada para aparcar, lo que ya de por sí debería invalidar un final de este tipo. A nivel deportivo, un primer ataque de David De la Cruz pudo crear la falsa impresión de un triunfo español, pero fue abortado por la sorprendente labor de Intermarché - Wanty para Louis Meintjes. Una vez llegado a su distancia, lo probó López. Es su tipo de puerto, como lo fuera el Col de la Loze, y consiguió un triunfo que parecía reservarle una plaza algo inestable en el podium.  
 
El ataque frustrado de David De la Cruz.

 

Las etapas gallegas fueron un toberllino de emociones, demostrando que esa tierra ondulada y quebrada está bastante desaprovechada para el ciclismo. En Monforte de Lemos se vivió un bonito día de ciclismo, con un tenso pulso entre un pelotón diezmado y una escapada de calidad. Ahí marchaban el habitual Cort Nielsen, Andrea Bagioli, la baza de Deceuninck, e incluso el de American Story X, el prometedor Quinn Simmons.  Finalmente el triunfo fue para Magnus Cort Nielsen, especialmente polivalente en esta Vuelta, sobre todo desde que Carthy fuese engullido por los arrozales de Cullera. 

Cort Nielsen, Oliveira, Simmons, Bagioli, Roux y Kron.


 
La locura continuó en la última etapa en línea. El recorrido era propicio para batallas, con subidas desde el nivel del mar que alternaban rampas imposibles con descansillos e incluso bajadas. A Miguel Ángel López se le acabó yendo la olla en ese tobogán desquiciante. No hizo falta apretarle mucho las tuercas, simplemente se quedó solo, con Adam Yates, Haig, Mäder, Roglič y Mas por delante, y la única compañía de Bernal, Kruijswijk y Großschartner. El colombiano no estuvo atento para coger el corte bueno o se quedó sin fuerzas al pillarlo los demás a contrapié. Lo cierto es que no es un corredor acostumbrado a que le dé el aire en situaciones que no son de alta montaña y Movistar no parece el lugar idóneo para aprender a hacerlo. La situación se le empezó a escapar de las manos, con Bahrain por delante muy organizado. A la mínima desistió. Algunos ya habían dado por sentada la plaza de López en el podium: pero cabe recordar qué sucedió en la Planche de les Belles Filles de 2020, en la que en la última crono, en parte una cronoescalada, pasó del tercer puesto al sexto, siendo adelantado por Porte, Landa y Mas. 
 
Una vez ya había perdido la plaza con Haig, Adam Yates y Mäder, el grupo de López fue absorbido por un grupo trasero, en el que únicamente figuraba Rojas para echar una mano. Tampoco parecía que la llegada del veterano murciano fuese a mejorar mucho la situación. Entonces las cámaras abandonaron a López, dando por sentado su naufragio...Solo los comentarios de Juan Carlos García permitieron al espectador hacerse una idea de la rabieta de López, digna de un niño malcriado. En un cruce de cables antológico, decidió echarlo todo por la borda y abandonar. No es la primera vez que a López se le calientan los fusibles, ni siquiera hace falta hacer mucha memoria: los puñetazos a un espectador que le derribó en el Giro, las declaraciones contra Movistar y Valverde después del Escalona gate...Ni siquiera sus compañeros de equipo encontraban una explicación a lo que era a todas luces una muestra de poca profesionalidad y mal perder. Desgraciadamente la niñería de López eclipsó en parte la magnífica etapa vivida.  

Cortocircuito


 
Del grupo de escapados se destacó Ryan Gibbons, mientras por detrás todo eran desaveniencias, principalmente entre Storer y Bardet, en una extraña disputa interna por la montaña. Champoussin, Moniquet, De Tier y el propio Bardet intentaban acercarse al escapado a hincones, mientras por detrás la marcha del Bahrain parecía que acabaría con todos. En la última subida a Castro de Herville la carrera se contrajo como un acordeón. Los favoritos dieron alcance a los escapados y a Gibbons, pero los constantes descansillos permitieron que los corredores cazados no se quedaran muy atrás. Estaba claro que Roglič era el que contaba con más piernas, pero no estaba dispuesto a que uno de sus inmediatos rivales se llevase el triunfo. Todo ello supuso una serie repetida de exagerados parones, que permitieron que adelantasen al grupo de favoritos algunos de los corredores recién cazados, primero Bizkarra de forma momentánea, y más tarde Champoussin de forma definitiva. En resumen, fue una carrera loca. 

Primer gran triunfo de Champoussin


La crono de Santiago ha sido un mero trámite, dando la posibilidad a Roglič de hacerse con un cuarto triunfo, doblando a Mas en la misma línea de meta. En fin, la Vuelta nos ha dejado las exhibiciones de Cort Nielsen y Storer, los pasos en el camino correcto de Mäder y Champoussin, el naufragio absoluto de Landa y López y ninguna victoria española. La caída de Valverde limitó mucho las posibilidades de victoria de etapa para los españoles, pero es un poco triste seguir depositando en un corredor casi del periodo amarniense las únicas esperanzas de triunfo. El ciclismo español necesita algún equipo de primer nivel más, al menos para contrarrestrar la suma de ridículos que propicia Movistar, cada vez más una caricatura de si mismo o un bote a la deriva, sin tripulación. En cuanto a Roglič, se le ha visto muy sereno en esta Vuelta,  y creo que ha recibido mucho más calor del público que en otras ocasiones. Ha sido su victoria más fácil y la menos contestada. El espectáculo, cuando lo ha habido, ha venido en gran medida de su parte (y también de Bernal). No ha necesitado ni siquiera al equipo, valiéndose y sobrándose él solo en las situaciones complicadas. Ha dado incluso la impresión de manejar él mismo las soluciones tácticas comprometidas, como sucedió en la Collada Llomena y en el Alto de Mougás. En definitiva, ha ganado sin requerir de un equipo muchas veces dado a la incertidumbre, la improvisación y al gafe. Tan solo se ha caído una vez: y como siempre, se ha levantado rápido. 

Lo que hay que hacer para ganar una Vuelta...

 

6 comentarios:

  1. Qué fantástico corredor es Roglic. Ojalá el próximo Tour corriendo con esta mentalidad y esta forma.

    Por lo demás, ha habido alguna muy buena etapa, y muchas otras anodinas. Lo que es la Vuelta estos años.

    Gracias por la crónica!

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    1. Al menos la etapa de los Lagos de Covadonga estuvo muy bien, yo era bastante escéptico. En los últimos días ha mejorado, como sucedió en el Giro.

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  2. Sobre todo recalco el cambio de mentalidad del Jumbo -que ha pasado de querer llevar todo amarrado desde la primera etapa como en el 1er Tour de Pogacar, a regalar el rojo con los minutos que haga falta o filtrar al top10 Kuss para que curren otros-; y en el propio Roglic -que en el Giro de Carapaz se quedaba a verlas venir, y desde la pasada Itzulia no duda en liarse la manta a la cabeza en situaciones que en principio le son menos propicias que el el estacazo en el último km en cuesta-.
    Me ha gustado este crescendo final de la última semana tan italiano pese a que sobre el papel todo apuntaba a varias fumadas de etapa pre y post-Gamoniteiro, y a que que parte de la emoción final haya sido el salseo de la casa Navarra...

    PD. los Bahrein andan mucho (con
    o sin Gendarmería de por medio) menos uno que todos sabemos que debió caer en la marmita de pequeño...
    Despues de tanta calavera andante, es reconfortante ver las formas chiaupucciescas de ese devora puertos llamado Padun

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    1. La verdad es que parecen haber tomado nota de lo que les sucedió en el Tour de 2020 y Roglic ha ganado en estos últimos años mucha lucidez en carrera. Lucidez que, como ya se ha dicho más de una vez, viene de ir más fácil que los demás: si vas muerto, no te da ni para pensar.
      Lo de los Bahrein es muy llamativo, más si se añade lo sucedido en Benelux, con dos dobletes seguidos de Colbrelli-Mohoric. Lo del que ya sabemos no tiene remedio: el año que en tu equipo todos van como una moto, ni se te ve el pelo.

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  3. Me ha encantado tu artículo y tus observaciones tan certeras sobre el equipo Movistar. La raíz verdadera del problema tal vez se encuentre en la voluntad, despreocupación o dejadez de sus gestores en mantener esa oligarquía acomodada y, a la vez totalitaria, representada por Unzue y sus obedientes manos ejecutoras de un régimen de más de 30 años en el ciclismo de élite que ya no aporta nada. Hasta el ridículo de tomar posiciones en carrera durante pocos kilómetros sin ningún sentido, ni ningún resultado, quizás para llegar los primeros al bar del pueblo a almorzar. A añadir esa extraña complacencia de amplios sectores de la prensa española también deseosos de que las cosas sigan cómo están. Como muy bien apuntas desde el Escalona Gate están intentando reconvertir el ciclismo como un espectáculo cool de buenrollismo bajo los caducos principios del barón de Coubertain que nada tienen que ver con este deporte y lo desvirtúan por completo. Y en este contexto periodistas y el equipo telefónico van e irán siempre cogiditos de la mano paseando plácidamente en las grandes y no tan grandes.
    Mi más sincera enhorabuena por tu artículo

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    1. Gracias Rafa por el comentario. Creo que parte de la renovación del ciclismo español debe pasar por la aparición de otro equipo World Tour y el cambio completo en la estructura de Movistar. Ya han dado todo lo que tenían que dar, es el momento de ceder el testigo a otros. No solo la dirección debería cambiar, también entre los corredores del equipo hay una élite, formada por los que siempre disputan el Tour y la Vuelta, el núcleo duro entorno a Valverde. El mantenimiento de ese grupo está retrasando y entorpeciendo la necesaria renovación del ciclismo español. Tanto es así que sufro cada vez que veo a un corredor que destaca recalcando en Movistar, porque temo que va a suponer el final de sus días buenos.

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