Oscar Freire, oscarito como lo llaman en Italia, se ha retirado, y salvo alguna breve noticia y alguna tímida entrevista, su abandono de los pelotones ha pasado inadvertido para el gran público en España. Bien es cierto que el ciclismo pasa por sus horas más bajas, pero aun así, no puede decirse que Freire haya gozado de la popularidad de un Contador o un Valverde. No ha sido ninguneado, no obstante, por el aficionado entendido, sino por los medios de comunicación tendentes a crear ídolos fugaces, y a ignorar el verdadero talento; en la patria de pericos y miguelones, los periodistas han sido más propensos a dar coba a cualquier ciclista-guadiana vueltómano que a un especimen tan único e irrepetible en el pelotón como el cántabro.
La historia lo pondrá en su lugar, por encima de todos los gonzález de galdeanos y caseros, muy por encima de los mosqueras y nozales, mancebos y sevillas, cobos y antones, que acapararon, en sus respectivos julios o septiembres, más atención que Freire en sus Sanremos y sus mundiales. Freire, con sus proverbiales despistes, siempre se mantuvo alejado de los micrófonos y de los vaivenes del éxito rápido pero fugaz a los que éstos conllevan. Freire ha hablado siempre alto y claro, pero poco; y desde un primer momento, como ciclista no formado ni en el seminario de Echavarri ni en la cueva del Gordo, optó por la salida que toman hoy los más talentosos de nuestros licenciados: la emigración.
Freire siempre destacó por su sagacidad, por saber leer las carreras y aprovechar su oportunidad. Los despistes los tenía fuera de la carrera, nunca dentro de ella. No besaba el suelo cada dos por tres, ni se descolgaba a lo tonto como hacen otros; no daba relevos innecesarios ni gastaba fuerzas en exhibiciones inútiles; no necesitó nunca órdenes de equipo ni pinganillos, ni siquiera una cohorte de gregarios: siempre corrió por libre. Conocía las carreras en las que podía brillar, y quizá solo le faltó una victoria de etapa en el Giro para redondear un palmarés ya de por sí envidiable. No contó con un treno como el de Cipollini, ni lanzadores como los que tuvo Zabel, pero les birló a ambos sendas victorias por exceso de confianza (a Cipollini una etapa de la Tirreno, a Zabel nada menos que una Sanremo). En el Mapei brilló más que Pozzato y Bettini, aunque le pesase a Squinzi. En el Rabobank tuvo que ingeniárselas la mayor parte de las veces por libre: y en muchas, le salió bien. Sus tres victorias en Sanremo (como De Vlaeminck y Coppi) atestiguan que no era simplemente un sprinter. Sus tres victorias y sus ocho puestos entre los diez primeros en los mundiales también lo demuestran. Freire era un corredor al que se le daba bien la suma continuada de esfuerzos que supone un circuito, así como la resistencia que exige un final en Sanremo después de 300 kilómetros de recorrido y un ascenso al Poggio a 40km/h. Quizá en un final de etapa tuviese rivales más rápidos que él: pero al final de un mundial o de una Sanremo, no había ni Cipollini, ni Zabel, ni Petacchi, ni Boonen, ni Bettini, ni McEwen, ni Pozzato que se le resistiese.
El año próximo, a finales de febrero, se notará su ausencia en la salida de la Challenge de Mallorca (en sus primeros años de profesional siempre televisada, ya no desde hace unos cuantos años, siendo éste uno de los innumerables cambios a peor que ha sufrido el ciclismo en los últimos años). No veo a Freire en un futuro relacionado con el mundo del ciclismo: y hará bien. Por otro lado, habrá que esperar cincuenta años como mínimo para ver aparecer un nuevo Freire, o algo parecido, en el pelotón español. Pero no hay que pensar en un futuro tan lejano: simplemente habrá que esperar a la retirada de Flecha para que las clásicas de primavera y los mundiales vuelvan a ser, como decían antes los redactores de ases y marcas, y sus directores y ciclistas cómplices, "una lotería".
Óscar Freire (15.02.1976, Torrelavega, España). Profesional de 1998 a 2012.
Palmarés: 3 campeonatos del mundo (1999, 2001, 2004), 3 Milano - Sanremo (2004, 2007, 2010), 11 etapas en Grandes Vueltas (4 en el Tour de France, 7 en la Vuelta a España), 1 Tirreno - Adriatico (2005), 1 Gent - Wevelgem (2008), 1 Paris - Tours (2010), 1 Vattenfall Classic (2006), 1 clasificación por puntos Tour de France (2008), 3 Flèche Brabançonne (2005, 2006, 2007), 1 Trofeo Luis Puig (2004), 1 Giro della provincia di Lucca (2003), 1 Vuelta a Andalucía (2007), 11 etapas Tirreno - Adriatico, 2 etapas Tour de Suisse, 1 etapa Volta a Catalunya, 3 etapas Vuelta al País Vasco, 2 etapas Tour de Romandie, 1 etapa Tour Dwon Under, 8 trofeos de la Challenge de Mallorca, 3 etapas Giro della provincia di Lucca, 1 etapa Deutschland Rundfahrt, 1 etapa Vuelta a Burgos, 9 etapas Vuelta a Andalucía, 1 etapa Vuelta a la Comunidad Valenciana, 2 etapas Vuelta a Aragón, 1 etapa Vuelta a Castilla y León.
Equipos: Vitalicio seguros (1998 - 1999), Mapei - Quick Step (2000 - 2002), Rabobank (2003 - 2011), Katusha (2012)
Los tres mundiales: Verona 1999, Lisboa 2001, Verona 2004
Milano - Sanremo 2004
Milano - Sanremo 2007
Milano - Sanremo 2010
Paris - Tours 2010
Gent - Wevelgem 2008
Etapa de la Tirreno - Adriatico 2008 (Castelfidardo)
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