Era el 13 de julio de 1967, ascensión al Mont Ventoux. La etapa concluía en Carpentras, tras el descenso del puerto. Raymond Poulidor y Julio Jiménez rodaban unos metros por delante de un grupo formado por Roger Pingeon, maillot amarillo, Felice Gimondi, Franco Balmamion, Jan Janssen y Tom Simpson. En la retransmisión en directo de los últimos kilómetros de la etapa se puede ver a los corredores ascendiendo con sus maillots de escuadras nacionales, diseñados por Le Coq Sportif, todos ellos con las mangas blancas. Después de cinco ediciones en las que el Tour se disputó por equipos de marcas comerciales, en 1967 la organización del Tour recuperaba la antigua fórmula de los equipos nacionales. El calor era intenso, tanto que Gimondi luce en esas imágenes una gorra con una tela para protegerse la nuca. Es el preludio de un momento de sobra conocido, un momento trágico y también de inflexión en la historia del ciclismo. Todo aficionado sabe qué viene a continuación: Tom Simpson fallece en plena ascensión. Algo que, todo sea dicho, la retransmisión en directo de la etapa no mostró, aunque más tarde sí salieran a la luz esas imágenes, captadas por una de las motos de televisión. ¿Qué se decía de ese Tour, antes de su comienzo, en las páginas de una de las publicaciones de referencia del ciclismo francés, la revista mensual Miroir du cyclisme? ¿Qué se dijo después, pasados unos meses de ese trágico acontecimiento?
Sobre la muerte de Tom Simpson se han escrito ríos de tinta, con más o menos fortuna. Mi intención es recurrir a las fuentes audiovisuales y escritas del periodo para ver qué se dijo entonces de todo aquello, para evidenciar cuál era el clima de opinión existente.