viernes, 29 de mayo de 2020

LA LARGA TRAVESÍA

Tan solo es un deporte, me digo, un simple pasatiempo. Pero si es así, ¿cómo puede estar resultando tan larga esta travesía por la nada? Ya se habrían disputado las clásicas, también el Giro tocaría a su fin, y aquella París - Niza de marzo me resulta ya algo demasiado lejano. ¿De verdad Pello Bilbao corre en Bahrain-McLaren? ¿Desde cuándo? ¿Dimension Data no se llama ya así? ¿Cuándo Nibali empezó a compartir galones con Richie Porte en Trek-Segafredo? ¿Jefel Hafeet? ¿Eso que c... es? ¡No me acuerdo de nada de aquellos dos primeros meses! ¡No sé quién corre en cada equipo! Podría decir que conozco mejor la plantilla del ZG mobili de 1994 que la de cualquier equipo World Tour de 2020. Esos dos meses se han quedado colgando entre dos vacíos, como un breve destello de clarividencia entre dos momentos de amnesia.


Febrero y marzo de 2020, una temporada amputada o a mitad hacer


Ahora parece finalmente que mis agoreras previsiones no se van a cumplir y tendrá lugar una versión concentrada de la temporada en el final del verano y el otoño. Aun así, todavía quedan unos meses para que la cosa vuelva a ponerse en marcha, un tiempo demasiado largo que ya no puede ser suplido con más reposiciones. En las reposiciones televisivas hemos ido saltando de unas épocas a otras, de unas bicicletas a otras, aunque sin apenas salir del esquema Tour-Vuelta. Cuando programan un Tour de Flandes, se resienten las audiencias. Periquismo, Indurain-Indurain-Indurain y la "mejor generación de la historia". El empacho es considerable, aunque en realidad nadie me obliga a verlo,  y he de reconocer que disfruto con placer malsano viendo aquellas pasiones juveniles destruidas, aquella mirada "inocente y limpia" de mi antiguo yo, maltratada por el paso del tiempo y demasiados casos de drogas y tramperos.

Sedotta e abbandonata, seducida y abandonada,
la mirada de los niños que se aficionaron al ciclismo en los noventa.


Parecería que estoy exigiendo, como uno de esos fanáticos de la Liga, mi dosis de pan y circo. ¡Con la que está cayendo! Pero es que ya no aguanto esta necesidad constante de levantar acta sobre el pasado. Necesito presente, quién lo diría. Incluso yo, tan habituado a hacer listados de "los mejores", me rebelo contra la historia. Así pues, estoy dispuesto a que cualquier tontería del presente me motive: la novedad prometida de Sagan en el Giro, ese súper-domingo con Roubaix, Giro y Vuelta, la frivolidad de imaginar a Froome con otros colores, el deseo de algún pajarón no deseado, debido a una "preparación inconveniente", lamentar en un futuro los meses desperdiciados del mejor Quintana de la historia...Cualquier cosa, todo me vale. Estoy dispuesto a entusiasmarme con cualquier noticia fabricada, con cualquier vídeo promocional, con cualquier videojuego montado para mantener vivos a patrocinadores y carreras. Estoy dispuesto a compartir la necesidad de mantener viva la ilusión. Así que cualquier apuesta sobre lo que sucederá será bienvenida, me lanzaré a ella como un temerario jugador de Dostoyevski en una partida de dados sobre un tapiz verde alpino. ¿Alcanzará Evenepoel las cotas prometidas? Por qué no. ¿Será van der Poel el super-campeón esperado, el nuevo Mesías? Ojalá. Pondré una vela si es necesario. Cualquier cosa, necesito cualquier cosa, pero la necesito ya.


Así estoy