viernes, 5 de octubre de 2012

LOS DIEZ MEJORES CICLISTAS DE TODOS LOS TIEMPOS: NÚMERO 2. BERNARD HINAULT

Bernard Hinault (14.11.1954, Yffinac, Francia). Profesional de 1975 a 1986.

Palmarés: 1 Campeonato del mundo (1980), 5 Tour de France (1978, 1979, 1981, 1982, 1985), 3 Giro d'Italia (1980, 1982, 1985), 2 Vuelta a España (1978, 1983), 1 Paris - Roubaix (1981), 2 Liège - Bastogne - Liège (1977, 1980), 2 Giro di Lombardia (1979, 1984), 33 etapas en grandes vueltas (28 en el Tour, 6 en el Giro, 7 en la Vuelta), 3 Critérium de Dauphiné Liberé (1977, 1979, 1981), 1 Tour de Romandie (1980), 1 Gent - Wevelgem (1981), 2 Flèche Wallonne (1979, 1983), 1 Amstel Gold Race (1981), 1 Quatre jours de Dunkerque (1984), 1 Trofeo Luis Puig (1986), 1 Paris - Camembert (1976), 1 GP Pino Cerami (1983), 1 Vuelta a la Comunidad Valenciana (1986), 1 Criterium International (1981), 2 Tour de Limousin (1976, 1977), 5 Grand Prix des Nations (1977, 1978, 1979, 1982, 1984), 1 Trofeo Baracchi (1984 con Moser), 1 Clasificación de la montaña Tour de France (1986), 1 Clasificación por puntos Tour de France (1979), 123 días de liderato en grandes vueltas (15 en Vuelta a España, 31 en Giro d'Italia, 77 en Tour de France), 1 Campeonato de Francia (1978), 4 Super Prestige Pernod (1979, 1980, 1981, 1982)

Puestos: 3º Campeonato del mundo (1981), 2º Tour de France (1984, 1986), 2º Liège - Bastogne - Liège (1979), 3º Giro di Lombardia (1978)

Equipos: Gitane (1975 - 1977), Renault (1978 - 1983), La Vie Claire (1984 - 1986)



Le Blaireau. Le Patron. El que corría para ganar, no para entretener. El bretón vehemente, dominante e irascible que no toleraba constestatarios. El ciclista crecido en un ambiente rural, como en tantos otros ejemplos en el mundo del ciclismo, para el que el ciclismo eran largas campañas de acoso y derribo. El que vencía avec panache. El que no tenía pelos en la lengua. El que se lió a puñetazos con unos huelguistas en la Paris - Niza de 1984, y actualmente se dedica a tirar a empujones del podium del Tour de Francia a todo espontáneo que ose quebrantar el protocolo. El discípulo de Cyrille Guimard, el paciente del Dr. Mabuse, el asalariado de Bernard Tapie. El que, después de ganar la París - Roubaix batiendo a De Vlaeminck y Moser, dijo que se trataba de una carrera de mierda que no volvería a correr jamás. Los intermitentes dolores de rodilla y las tendinitis. El que lideró un plantón contra los traslados en el Tour de Francia, y contra los controles antidopaje en un critérium de su tierra. El rostro descompuesto de Baronchelli intentando inútilmente seguir su rueda en el masacrante mundial de Sallanches. Y los rostros de los que pudieron seguirle, como Belda y Lejarreta al llegar al velódromo de Ávila, y el de Silvano Contini - despatarrado por los calambres - en Como. El maillot neoplasticista de La Vie Claire y los revolucionarios pedales automáticos Look. Las rivalidades con los sucesores jóvenes, LeMond y Fignon.  Aquella victoria en Lieja bajo una tormenta de nieve que le dejó un dedo prácticamente insensible. Los acuerdos rotos con su gregario y rival Greg LeMond. La sonada ruptura con Guimard tras la irrupción al estrellato de Laurent Fignon, y los revolucionarios métodos de "entrenamiento" de Paul Koechli en La Vie Claire. El que se cayó por un barranco, resultando milagrosamente ileso, en la Dauphiné Liberé de 1977. El participó tres veces en el Giro, y en las tres terminó primero. La victoria cedida a Bernaudeau en Sondrio y la entrada para la galería con LeMond en Alpe d'Huez. Le Patron. Le Blaireau. 

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